El Gobierno de Hungría ha recortado su previsión de crecimiento para 2025 del 2,5% al 1%, arrastrado por la debilidad del sector industrial y un retroceso en la producción agrícola, según ha anunciado Márton Nagy, ministro de Economía.
A comienzos de año, Budapest preveía un crecimiento del 3,5%, que ya había rebajado una vez en primavera. El nuevo pronóstico, del 1%, se alinea ahora con las proyecciones de los analistas y refleja la desaceleración estructural de la economía húngara.
Nagy atribuye este ajuste a las serias sequías que han dañado la agricultura y al estancamiento de la industria y el consumo interno. Los datos oficiales de mayo ya mostraban una caída interanual del 4,4% en la producción industrial del primer trimestre.
Aunque el ministro no vinculó directamente esta revisión con el reciente acuerdo arancelario entre la Unión Europea y Estados Unidos, valoró positivamente su efecto estabilizador y confía en que favorezca la venta de vehículos eléctricos fabricados en Hungría.
El Gobierno mantiene una previsión de recuperación para 2026, con un crecimiento estimado del 3,1%, si bien los expertos advierten que la falta de inversión y la presión sobre el consumo seguirán condicionando la evolución económica del país.