El índice mundial de precios de los alimentos se mantuvo prácticamente estable en agosto en 130,1 puntos, frente a los 130,0 de julio, según informó la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La cifra supone un 6,9% más que en agosto de 2022.
El resultado se explica por el descenso en cereales y lácteos, que compensó el incremento de la carne, el azúcar y los aceites vegetales.
Los aceites vegetales subieron un 1,4% mensual, alcanzando su nivel más alto en tres años, mientras que el índice de precios de la carne aumentó un 0,6%, con lo que alcanzó un máximo histórico. La FAO atribuyó el alza a la fuerte demanda de carne de bovino en EE.UU. y a las importaciones de China, que impulsaron las exportaciones desde Australia y Brasil.
El azúcar repuntó un 0,2%, tras cinco meses de descensos, por las dudas sobre la producción en Brasil y el aumento de la demanda mundial.
Por el contrario, los cereales retrocedieron un 0,8%, en un contexto de cosechas abundantes de trigo en Rusia y la Unión Europea. En este grupo, el maíz registró un alza, mientras que todos los tipos de arroz bajaron.
La FAO revisó al alza su previsión de producción mundial de cereales para 2025, que alcanzará un récord histórico de 2.961 millones de toneladas, un 3,5% más que en 2024. También ajustó al alza el comercio mundial de cereales 2025/26, que llegaría a 493,4 millones de toneladas, un aumento del 1,4%, impulsado por los suministros de maíz y la fuerte demanda de trigo.