La actividad del sector manufacturero español se moderó en septiembre, afectada por la ralentización de los nuevos pedidos y el deterioro de las perspectivas de futuro, lo que llevó a las empresas a reducir empleo por primera vez desde febrero.
El índice PMI manufacturero, elaborado por el Hamburg Commercial Bank (HCOB) y S&P Global, se situó en septiembre en 51,5 puntos, por debajo de los 54,3 de agosto, aunque todavía en zona de expansión al superar el umbral de los 50 puntos que separa crecimiento de contracción.
Se trata del aumento más débil desde junio, condicionado por la menor producción y la caída de los pedidos de exportación, afectados por los aranceles y la incertidumbre en mercados clave.
Las expectativas de negocio se mantuvieron en terreno positivo, pero retrocedieron respecto a agosto, lo que llevó a los empresarios a ajustar plantillas tras siete meses consecutivos de creación de empleo.
La menor producción generó un incremento de los inventarios, mientras que las compras se mantuvieron estables y los aprovisionamientos registraron retrasos.
Los costes de aprovisionamiento subieron por tercer mes consecutivo, impulsados por el encarecimiento del acero y los productos alimenticios. Sin embargo, este aumento no se trasladó a los precios de venta, que cayeron por primera vez en tres meses.