La inflación de la eurozona aumentó en agosto una décima respecto a julio, hasta situarse en el 2,1% interanual, según la estimación preliminar publicada por Eurostat.
Por componentes, los alimentos frescos fueron la categoría con mayor incremento, con una subida del 5,5%, una décima más que en julio. Los servicios avanzaron un 3,1%, una décima menos, mientras que los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco crecieron un 2,6%, también una décima menos. Los bienes industriales no energéticos se mantuvieron estables en el 0,8%.
La energía fue el único elemento en negativo, con una caída del 1,9%, aunque se moderó respecto a la bajada del mes anterior.
En cuanto a la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía y sirve como referencia para la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), se mantuvo en el 2,3% por cuarto mes consecutivo.