La inflación en Turquía cayó en julio al 33,52% interanual, el nivel más bajo registrado en 44 meses, según el Instituto Estatal de Estadística (Türkstat). La cifra confirma una tendencia a la baja sostenida, alejándose del pico del 85,5% registrado en octubre de 2022.
En comparación con junio, cuando la inflación fue del 35,05%, el índice retrocede 1,52 puntos, lo que sitúa la tasa en su menor valor desde noviembre de 2021, cuando se ubicó en el 21,31%.
A nivel mensual, el IPC subió un 2,06% entre junio y julio, una aceleración frente al 1,37% del mes anterior. Los sectores con mayores alzas en los últimos doce meses fueron educación (75,5%), vivienda (62,01%) y alimentación y sanidad (37,49%).
Mehmet Simsek, ministro de Finanzas, atribuyó esta subida mensual a factores estacionales y afirmó que «el proceso de desinflación avanza conforme a nuestros objetivos». Añadió que el Gobierno seguirá aplicando su programa económico con el objetivo de alcanzar una estabilidad de precios duradera.
El Banco Central de Turquía recortó en julio los tipos de interés del 46 al 43%, una rebaja de 300 puntos básicos que superó las expectativas del mercado. La autoridad monetaria mantiene una postura restrictiva hasta lograr una bajada sólida en la inflación subyacente.
Las previsiones oficiales estiman que la inflación interanual caiga hasta el 24% en 2025 y al 12% en 2026, aunque existen discrepancias con otros análisis. El grupo independiente ENAG sitúa la inflación real en el 65,15%, casi el doble del dato oficial.