Intel registró 4.100 millones de dólares de beneficio en el tercer trimestre, marcando su vuelta a la rentabilidad tras un año y medio. El repunte se apoya en las inversiones del Gobierno de EE.UU., Nvidia y Softbank, así como en la demanda creciente de productos de inteligencia artificial (IA).
El consejero delegado, Lip-Bu Tan, señaló que los resultados reflejan una mejora operativa significativa, impulsada por los microprocesadores x86 y los servicios de fundición.
En total, la compañía facturó 13.700 millones de dólares, un 3% más interanual, con especial crecimiento en el área de computación, que alcanzó los 8.500 millones de dólares.
Impacto del Gobierno
Los servicios de fundición generaron 4.200 millones (un 2% menos), mientras que la división de centros de datos e IA aportó 4.100 millones, un descenso del 1%. Intel subrayó el impacto del acuerdo con el Gobierno estadounidense, que adquirió un 10% de su capital, aportando ya 5.700 millones de los 8.900 millones prometidos.
La empresa también destacó el acuerdo con Nvidia, valorado en 5.000 millones, y la colaboración con Softbank, que incluye 2.000 millones en inversiones para la fabricación de chips en EE.UU.
El director financiero, David Zinsner, calificó los resultados como «más sólidos de lo esperado» y apuntó que la demanda supera actualmente a la oferta, lo que augura una evolución favorable hacia 2026.
Anticipo de pérdidas
En el último trimestre, Intel generó 2.500 millones en liquidez y anticipa ingresos estables pero con retorno a pérdidas en el cuarto trimestre, tras la venta del 51% de Altera, su negocio de chips programables.
Hace un año, la compañía había registrado pérdidas de 16.600 millones, encadenando seis trimestres consecutivos negativos, su peor racha en más de tres décadas.
Tras publicar los resultados, las acciones de Intel subieron un 7% en operaciones electrónicas, acumulando un aumento bursátil del 90% en 2025, hasta alcanzar una capitalización de 172.000 millones de dólares.
