A lo largo de la historia han sido múltiples los inventos que han mejorado la calidad de vida de la humanidad y, siempre, a mano de emprendedores de todas las épocas. Desde el tren a vapor en 1804 por Richard Trevithick, la penicilina en 1928 a manos de Alexander Fleming o la electricidad que, aunque es el resultado de múltiples investigaciones, su invención se le atribuye a Thomas Edison en 1879.
Son tantos los emprendedores que han hecho que la rutina que hoy conocemos sea tan fácil que sería imposible elegir. Pero, sin duda, si hay que crear un listado con los cinco mejores inventos que han hecho que los veranos sean mejores son los siguientes.
Frigorífico

Ferdinand Carré, en 1859, perfeccionó el ciclo de refrigeración por compresión y diseño el primero compresor de amoníaco, pudiendo aumentar la producción de hielo en cantidades más grandes, facilitando el almacenamiento y conservación de alimentos. En 1892, Albert T. Marshall volvió a mejorar el invento utilizando dióxido de azufre como refrigerante, lo que mejoraría la eficiencia de y seguridad del aparato.
Willis Carrier contribuyó mucho a lo que hoy conocemos como frigorífico. Considerado el padre del aire acondicionado, se centró en sus inicios en el control de la humedad en fábricas de impresión, innovación que sentó las bases para el desarrollo posterior de los sistemas de refrigeración domésticos y comerciales.
Aire Acondicionado

El invento supuso tal hito que proporcionó la solución para controlar la temperatura y la humedad en espacios cerrados. Este sistema de refrigeración se adoptó en múltiples sectores como en la industria textil, los hospitales o las salas de cine. Se fueron haciendo avances y mejoras en la tecnología del aire acondicionado hasta ser aparatos totalmente eficientes y versátiles que se han convertido en un imprescindible del verano.
Ventilador

El ventilador eléctrico moderno se atribuye a Schuyler Skaats Wheeler, en 1882. El estadounidense planteó un sistema que se accionaba mediante un motor eléctrico que, además, ofrecía una alternativa más conveniente y segura que los ventiladores manuales. El aparato se fue mejorando con el tiempo gracias a inventores como James Dyson, conocido por inventar y comercializar ventiladores sin aspas gracias a una tecnología de flujo de aire especial para generar una brisa suave sin las aspas giratorias tradicionales.
Protección solar

En el siglo XIX, el químico austriaco Joseph von Rosthorn fue uno de los primeros en estudiar científicamente los efectos del sol en la piel, proponiendo sustancias químicas como el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Pero el desarrollo de la protección solar moderna se atribuye especialmente a los científicos y farmacéuticos del siglo XX. Alrededor de 1920, Milton Blake desarrolló una crema solar, conocida como “Cancer Balm”, basada en el óxido de zinc como ingrediente activo.
En 1940, Franz Greiter inventó el Factor de Protección Solar (FPS), una medida estándar para evaluar la eficacia de los protectores solares. El químico suizo fue también pionero en la producción de cremas solares comerciales. A las décadas posteriores se fueron realizando avances en la formulación y desarrollo de estas cremas, introduciendo filtros solares químicos y físicos más eficaces para combatir la radiación solar.
Gafas de sol

En el siglo XVIII, el óptico James Ayscough desarrolló gafas con lentes tintadas en colores como azul y verde empleadas en un principio para corregir ciertos problemas de visión y que, además, proporcionaban cierta protección contra el deslumbramiento solar. Sin ser lentes tan efectivas contra los rayos ultravioleta (UV), estas fueron precursoras muy importantes para la evolución de las gafas de sol.
En la actualidad son múltiples las marcas y fabricantes que han contribuido al desarrollo y popularización de las gafas de sol tal y como se conocen hoy en día. Lentes sofisticadas en términos de diseño, materiales y tecnología contra los rayos UV que se adaptan a las tendencias de moda y, para muchos, un imprescindible del verano.
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