La inversión en promoción inmobiliaria podría superar los 50.000 millones de euros en 2030, según el Observatorio de la Financiación del Sector Promotor elaborado por Urbanitae y KPMG.
El informe prevé que la financiación bancaria reduzca su peso hasta el 51%-53%, mientras que los financiadores alternativos alcanzarán una cuota del 37%-40%, lo que supondría entre 18.500 y 20.000 millones de euros, incluyendo 1.000 millones procedentes del segmento crowd (financiación colectiva).
Este cambio representaría un aumento de cinco puntos porcentuales respecto al peso actual de la financiación alternativa.
Al alza
En 2024, la inversión total en promoción inmobiliaria alcanzó 35.000 millones de euros. De esa cantidad, entre el 76% y el 78% procedió de financiación mediante deuda —canalizada a través de bancos e inversores alternativos—, mientras que entre el 22% y el 24% correspondió a aportaciones de capital, tanto de promotores como de financiadores alternativos.
Por tipo de inversor, la banca mantuvo el liderazgo con una cuota de entre el 56% y el 58%. Los financiadores alternativos representaron entre el 30% y el 32%, distribuidos entre equity o capital (11%-13%) y deuda (18%-20%). Los propios promotores aportaron entre el 9% y el 11%, y las plataformas de crowdfunding concentraron entre el 1% y el 3% del total invertido.
Mecanismos de inversión
Entre los instrumentos más utilizados destacan los préstamos puente, los fondos de deuda y las plataformas de crowdfunding inmobiliario, cuyo desarrollo ha sido especialmente rápido desde su llegada a España en 2017.
«Estos mecanismos se están consolidando como un recurso complementario de gran utilidad para el sector», señala Diego Bestard, consejero delegado y fundador de Urbanitae.
Por su parte, Carlos Cuatrecasas, socio de KPMG, explica que, aunque su peso sigue siendo limitado frente a la banca, la financiación alternativa ha crecido de forma notable y continuará expandiéndose en segmentos donde los bancos son menos activos, como la adquisición de suelo, las fases iniciales de proyectos o los formatos residenciales emergentes como flex living o senior living.
Obstáculos para el crecimiento del sector
El Observatorio anticipa un crecimiento sostenido de la actividad promotora impulsado por la creación de nuevos hogares y la mejora económica, pero advierte de varios obstáculos estructurales.
Entre ellos, los largos plazos urbanísticos, que en algunos casos superan los 24 meses, el encarecimiento de materiales, la escasez de mano de obra, las mayores exigencias normativas y la baja oferta de vivienda asequible y social.
Estas dificultades presionan los precios y reducen la rentabilidad, con un margen medio del 15% sobre los ingresos de venta, según el informe.
