Irán se encuentra al borde del caos energético, pese a su petróleo

A pesar de sus reservas de gas y petróleo, el país sufre apagones programados diarios por la escasez de energía.
Electricista trabajando Electricista trabajando
Electricista trabajando

Irán atraviesa una creciente crisis energética que ha provocado cortes de electricidad programados en varias ciudades del país desde abril, apagones que el Gobierno ha intentado disminuir ordenando adelantar el horario laboral para ahorrar energía.

Pese a las vastas reservas de petróleo y gas con las que cuenta, el país persa enfrenta una persistente escasez de energía, ante lo que las autoridades han adoptado medidas extraordinarias para contener el consumo y evitar el colapso de la red eléctrica nacional, que presenta un déficit diario de 20.000 megavatios.

Los apagones son una de estas medidas, que comenzaron a aplicarse desde abril en decenas de ciudades, entre ellas Teherán, Shiraz, Isfahán, Mashad y Tabriz, una practica habitual durante el verano en los últimos años en Irán.

Los apagones se realizan por barrios, durante al menos dos horas y varios días a la semana, afectando a gran parte de la población.

Además de tener limitado el uso del aire acondicionado en temporada de calor, las familias también sufren interrupciones del suministro de agua, ya que en grandes edificios esta llega mediante bombas que dejan de funcionar sin electricidad.

“Vivo en el piso 10 de una torre y el agua llega a mi casa con la ayuda de bombas que funcionan con electricidad. Entonces, cuando cortan la luz, no tengo agua tampoco», comenta Nazanin, una vecina del norte de Teherán.

En algunas zonas, con los apagones dejan de funcionar los semáforos, generando un caos en el ya congestionado tráfico de Teherán.

Pero esto no es todo. Los negocios y las industrias sufren las consecuencias económicas con la disminución de sus ventas y producción.

Un ejemplo de ello son las plantas de producción de hormigón y cemento, cuya mitad se ha visto obligada a cerrar.

«La producción de cemento en muchas fábricas ha caído a menos de la mitad», anunció a mediados de mayo el subjefe de la Asociación de Componentes de Hormigón, Mohammad Hosein Raisí.

Los pequeños negocios no se salvan

Meisam, un empleado de una cafetería del norte de Teherán, relata que durante los apagones pierden muchos clientes, ya que las cafeteras dejan de funcionar.

En la pastelería de Neishekar se han visto forzados a tirar sus dulces y pasteles derretidos, explica Minu, la gerente del local, quien además dice que uno de sus hornos dejó de funcionar tras un apagón.

«Este horno cuesta 15.000 millones de riales (unos 16.000 euros). ¿Quién nos lo va a pagar?», recrimina.

Según estimaciones de la Cámara de Comercio de Irán, las pérdidas acumuladas por interrupciones eléctricas podrían superar los 1.500 millones de dólares si la situación persiste durante el verano.

Contramedidas del Gobierno

Para sortear estos apagones y ahorrar más energía, el Gobierno anunció en mayo el cambio del horario laboral, adelantando el inicio de la jornada para aprovechar las horas más frescas del día.

«El horario laboral de las oficinas, organismos gubernamentales y bancos será de 6:00 a 13:00 horas (2:30 a 10:30 GMT)», anunció la portavoz del Gobierno, Fatemeh Mohajerani.

Otra decisión que ha disgustado a parte de la población.

«Mi casa está a una hora de la oficina, por lo que para llegar a las 6:00 al trabajo, tengo que madrugar para llegar a tiempo», critica Mostafa, de 45 años, empleado de una institución gubernamental que no quiso especificar.

¿Mal consumo de energía?

Las autoridades, sin embargo, responsabilizan también a los ciudadanos por el alto consumo de energía eléctrica, por lo que lanzaron una campaña nacional para promover el uso eficiente del aire acondicionado, recomendando mantener la temperatura en interiores a 25 grados centígrados.

Con esta medida esperan reducir la carga de la red eléctrica en 1.000 megavatios al día.

No obstante, parte de la sociedad se opone a la versión oficial sobre el excesivo consumo de electricidad.

Mohammad Fazeli, sociólogo y profesor de la Universidad de Tarbiat Modarres de Teherán, incluso acusó al Gobierno de difundir datos «inexactos».

«Quien le dijo al presidente que Irán consume seis veces más electricidad que Europa debería ser reprendido y castigado. Solo Alemania, con 505, y Francia, con 467 teravatios (en 2023), consumen más que Irán, con 380», recriminó el académico en X.

Para Fazeli el problema «es demasiado complejo como para abordarlo simplemente apagando bombillas».

Los expertos aseguran que la crisis energética responde a una combinación de factores, como la antigüedad de la infraestructura eléctrica y la caída en la producción de energía hidroeléctrica debido a una sequía prolongada.

Las autoridades prometen soluciones, pero el alivio no parece inminente en un país que ya sufrió apagones y cierres generalizados de oficinas, escuelas y bancos el invierno pasado, por falta de combustible en las centrales eléctricas.

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