El gobernador del Banco de Japón (BoJ), Kazuo Ueda, ha sido contundente: no habrá subidas de tipos «forzadas». La razón principal es la «extrema» incertidumbre generada por la política arancelaria de Estados Unidos, según declaraciones recogidas por Jiji.
Ueda enfatizó que el banco no subirá los tipos solo para crear margen para futuros recortes. Solo lo hará si se proyecta una mejora sustancial en las condiciones económicas y de precios, ajustándose a las expectativas del BoJ.
Esta cautela llega después de que el banco central revisara a la baja sus previsiones de crecimiento económico y de precios para el año fiscal actual, que cerrará en marzo de 2026. La previsión de crecimiento se recortó del 1,1% al 0,5% debido al impacto de la guerra comercial.
Las fricciones comerciales impulsadas por Donald Trump desatan temores de desaceleración global y una reducción de beneficios para los grandes conglomerados japoneses. Ueda adopta una postura precavida, sin ver inminentes nuevas subidas de tipos.
El BoJ ha subido los tipos tres veces desde marzo de 2024, saliendo de una década de política de tasas negativas. Aunque la inflación lleva tres años en línea o por encima de la meta del 2%, las condiciones salariales no han alcanzado aún una mejora real.