José Elías advierte a los emprendedores: «Te van a pagar poco, mal y nunca»

El empresario José Elías calificó el sector de la reforma como «una puta mierda» y advirtió a dos jóvenes emprendedores.
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José Elías aconseja a emprendedores :: RTVE

«Esto es una puta mierda». Así, sin anestesia, se refirió el empresario José Elías al sector de la construcción y las reformas durante un episodio de su programa Un Café Incapto.

En un encuentro con dos jóvenes emprendedores de 21 y 23 años que buscan crear su propia empresa de reformas integrales, Elías no ocultó su visión crítica del sector.

«Vas a trabajar como un cabrón, el cliente nunca va a estar satisfecho, y te van a pagar tarde, mal y nunca», lanzó Elías, visiblemente escéptico ante el entusiasmo de los emprendedores.

Ambos aseguraban querer continuar con el legado de su padre, un antiguo empresario del ramo que llegó a emplear a 50 personas antes de perderlo todo tras el colapso de 2007.

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Lejos de desanimarlos del todo, Elías alternó sinceridad con consejos prácticos. Recomendó no «fliparse» con los gastos iniciales, optar por un local pequeño y no contratar más personal del necesario: «Más indios que sheriffs, tío», insistió.

Los jóvenes, a pesar del relato crudo, no mostraron signos de duda. «Queremos levantar el nombre de nuestro padre y tener nuestra propia empresa», afirmaron. Su padre, también presente, respaldó la decisión pero recordó el golpe sufrido tras la crisis: «Perdí 800.000 euros y me fui al carajo».

Para Elías, el gran enemigo de las pequeñas empresas no es la falta de beneficio, sino la falta de liquidez: «Las empresas no mueren por pérdidas, mueren por caja».

También lanzó una advertencia sobre las relaciones familiares en los negocios: «Como mínimo, escribid en un papelico qué pasa si os peleáis», recomendó ante la posibilidad de que los hermanos se repartan el 50% de la SL.

Pese a todo, Elías reconoció el valor de la juventud y el coraje: «Yo lo hice con vuestra edad y no me arrepiento». Pero su mensaje quedó claro: emprender en el mundo de las reformas sigue siendo una guerra sin cuartel, y solo los que conocen bien el campo de batalla tienen alguna opción de sobrevivir.

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