Kämpe se ha propuesto resolver uno de los grandes cuellos de botella del mercado laboral: la falta de técnicos cualificados en sectores clave como la electricidad o las energías renovables.

Su modelo consiste en formar a nuevos profesionales en 100 días, con una tasa de inserción laboral del 93% al finalizar el programa.

«La FP tradicional es un desastre. Es lenta, está desactualizada, profesorado desmotivado y la FP pública está muy saturada», afirma Fernando Marzal, CEO y cofundador de la startup.

Por contra, el enfoque de Kämpe es práctico, intensivo y personalizado. Cada participante cuenta con un itinerario guiado, acceso a contenidos digitales y clases presenciales con expertos técnicos.

El aprendizaje se realiza con formaciones prácticas, mentores expertos y contenidos digitales de calidad. Tampoco faltan herramientas ni equipamiento, según aseguran desde la compañía.

Ya han desarrollado formación para perfiles como electricista o fontanero y ya preparan nuevos itinerarios como instaladores de placas solares o especialistas en movilidad eléctrica. Todo ello con un objetivo: formar talento para cubrir la enorme demanda en sectores donde faltan manos.

Kämpe no actúa solo como escuela. Ha creado una red de empresas colaboradoras que demandan técnicos formados y listos para trabajar. La startup selecciona candidatos, los forma y los conecta directamente con las compañías, acortando los tiempos de contratación y evitando procesos fallidos.

Los datos les avalan: más de 9 de cada 10 alumnos acaban trabajando al terminar el itinerario.

Kämpe busca también cambiar la percepción social sobre los oficios técnicos. Frente a modelos educativos lentos y alejados del mercado, la startup propone formación conectada con el empleo real, en áreas estratégicas para la transición energética, la vivienda sostenible o la movilidad del futuro.