La imagen es sencilla: un ingeniero, un médico y un emprendedor observando cómo una persona intenta plegar una silla de ruedas tradicional. El gesto torpe, la incomodidad y la sensación de que el objeto manda más que el usuario. De esa escena cotidiana nació la pregunta que impulsó a KMINA: ¿y si la movilidad asistida pudiera sentirse diferente?
Fundada en 2016, la empresa dio sus primeros pasos con unas muletas que eliminaban el dolor de manos. Nueve años después, vuelve a cuestionar los estándares del sector con KMINA PRO, una silla de ruedas diseñada para unir funcionalidad y estética.
La startup, con sede en Valencia, ya opera en más de 30 países y ha crecido con una mezcla única de ingeniería, diseño y conocimiento clínico.
Escuchando al usuario
El equipo fundador —Ignacio Mañero, Alejandro Vañó y Jaime Usabiaga— ha construido una cultura que prioriza la escucha al usuario. Esa filosofía guió los tres años de desarrollo de la nueva silla.
El resultado es un modelo ligero, de aluminio, con plegado intuitivo, manillar monomano, cesta integrada y versiones de transporte o autopropulsables con sistema quick release. Cada decisión busca mejorar la experiencia de usuarios y cuidadores, reduciendo incidencias y facilitando la adaptación.

La evolución de KMINA es igual de notable. Ha pasado de tres a más de 35 profesionales y acumula más de 20 diseños patentados. Sus dos fábricas —Valencia y Delaware— sostienen un crecimiento respaldado por más de 4 millones de euros de inversión privada y una facturación acumulada que supera los 20 millones.
Apostando por la innovación
No es solo una empresa ortopédica: es una compañía que ha convertido la innovación en un hábito diario.
El reconocimiento internacional llegó con fuerza. En 2025, KMINA PRO se convirtió en la primera silla de ruedas española en ganar un Red Dot Award, un hito para una categoría históricamente dominada por fabricantes extranjeros. El premio refleja una tendencia clara: la movilidad asistida también puede ser diseño, emoción y aceptación social.
La hoja de ruta sigue en marcha. La silla está en preventa a mitad de precio hasta final de año y llegará al canal tradicional en febrero. Con esta estrategia, KMINA busca afianzar su liderazgo en España y consolidar su posición internacional. «Nuestro propósito es crear productos que la gente quiera usar, no solo que necesite», resume Ignacio Mañero.