Kreios Space quiere acercar los satélites a la Tierra. La startup española trabaja en un sistema de propulsión eléctrica que no utiliza combustible, diseñado para mantener satélites en Very Low Earth Orbit (VLEO), entre 150 y 400 kilómetros de altitud.
Esta franja, considerada durante años inviable por la fricción atmosférica, permitiría multiplicar la resolución de las imágenes y mejorar la conectividad directa a dispositivos.
El motor que desarrolla la compañía se denomina ABEP (Air-Breathing Electric Propulsion). Su funcionamiento se basa en recolectar aire de la atmósfera y transformarlo en plasma para generar empuje eléctrico. De esta forma, los satélites no dependen de grandes tanques de combustible y pueden operar durante años en lugar de días.
Los beneficios son claros: imágenes hasta tres veces más nítidas, comunicaciones más eficientes sin antenas voluminosas, reducción del riesgo de basura espacial al reentrar de forma natural en la atmósfera y un modelo de misión más competitivo en costes.
La compañía fue fundada en 2021 por un equipo de ingenieros aeroespaciales formado por Adrián Senar, Jan Mataró, Francisco Boira, Adrià Barceló, Max Amer y Francisco Bosch. Hoy cuenta con un equipo de unas 17 personas y vínculos con instituciones como Thales, JAXA o la ESA.
En septiembre de 2025 cerró una ronda de ocho millones de euros, liderada por el Fondo de Innovación de la OTAN, siendo la primera española en conseguirlo, y con participación de Grow Venture Partners, Xesgalicia y Tasivia Global. El objetivo de esta inyección de capital es lanzar dos satélites de prueba y validar en órbita el motor ABEP.
Kreios Space ya ha despertado interés en el ecosistema emprendedor. Fue reconocida como la startup con mayor potencial de Galicia en los premios EmprendeXXI y seleccionada entre las 20 finalistas del South Summit Korea 2025.
Aunque los premios avalan su trayectoria, la verdadera apuesta de la compañía está en la viabilidad tecnológica y en el impacto estratégico de abrir una nueva órbita para Europa.
«No estamos solo construyendo satélites, estamos abriendo una órbita que se había dado por imposible. La órbita terrestre muy baja ofrece una visión más precisa, una conectividad más rápida y mayor independencia en el espacio», explica Adrián Senar, CEO y cofundador de Kreios Space.