La desvergüenza encarnada en Europa

La tragedia se repite a diario. En el Mediterráneo, en las fronteras con Europa… Todos los días se acumulan cientos y cientos de inmigrantes provenientes de países en guerra que buscan algo mejor, o simplemente, luchan por su supervivencia. Y Europa, muy lejos de acogerles, no ha hecho nada. Después de meses de tragedia, los líderes se han limitado, como mucho, a hacer una lista repartiendo a estos seres humanos por países, en función del PIB y del desempleo de cada miembro de la UE. Y ningún país acepta de buen grado acoger a estas personas, algo básico en la moralidad humana.

Mientras, la barbarie continúa. Y, lo peor de todo, está siendo consentida por los gobiernos de los países desarrollados. Todo ello, fruto de una gestión política ineficiente y egoísta. Hace más de una década, en el número de febrero de 1993, en el editorial de la revista DIRIGENTES, titulado "Con la moral por los suelos", afirmábamos: "Lo veníamos advirtiendo hace tiempo. Y los acontecimientos nos han dado la razón. La olla ha estallado y ahora recogemos las tempestades de los vientos que nuestros queridos gobernantes han venido sembrando.

Esta situación es insostenible". Los políticos no sólo no tratan de arreglar los graves problemas que afectan a todas las sociedades, sean del país que sean: paro, terrorismo, inmigración… Como comprobamos cada día con un nuevo escándalo en la prensa, los gobernantes sólo tienen un objetivo en su cargo: llenarse los bolsillos. Entendemos que arreglar problemas de esta índole no es nada fácil. Y más teniendo en cuenta la hipocresía que reina en los mercados mundiales: ¿Qué esperar cuando los grandes exportadores de armas mantienen suculentos y mortíferos negocios con Oriente Medio? Hablamos de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, China, Rusia, España, etc. ¿Cómo actuar en Siria cuando el interés ahora mismo no está en los refugiados, sino en otros oscuros intereses?

No se puede permitir que ocurra lo que está ocurriendo: que en el siglo XXI, miles de personas mueran cada día así porque sí, por placer de algunos o por minorías que pongan en jaque al mundo entero. Es inadmisible. La guerra nunca es justificable. La vida humana está por encima de todas las cosas. ¿Hasta dónde hay que llegar para que los líderes se pongan a trabajar?

Desde DIRIGENTES hacemos, una vez más, un llamamiento a la responsabilidad a la hora de gobernar, para que se haga siempre pensando en el interés de los ciudadanos, y no con fines partidistas y egoístas. Este medio se suma al resto de grupos de comunicación para denunciar cómo la desvergüenza reina a sus anchas en Europa y cómo algo tan básico como el derecho a vivir ya no es un derecho, sino un privilegio.

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