El repunte de la inflación vuelve a agitar el debate económico en Reino Unido. El índice de precios al consumo (IPC) alcanzó en junio una tasa interanual del 3,6%, frente al 3,4% registrado en mayo, según ha informado la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés).
La subida estuvo impulsada principalmente por el encarecimiento de los carburantes, además del aumento en los precios de alimentos, alcohol y tabaco, como detalló la ONS. El impacto fue más visible al compararse con el mismo periodo del año pasado, cuando los precios del combustible cayeron con más fuerza.
«La inflación repuntó en junio, impulsada principalmente por los precios de los combustibles, que bajaron solo ligeramente, en comparación con una disminución mucho mayor en esta misma época el año pasado», explicó Richard Heyes, economista de la ONS.
La tendencia inflacionista en los alimentos se mantiene: la tasa ha subido por tercer mes consecutivo, alcanzando su nivel más alto desde febrero de 2024. No obstante, sigue muy por debajo del pico histórico de principios de 2023.
La inflación sigue claramente por encima del objetivo del 2% marcado por el Banco de Inglaterra. Aunque en mayo la institución redujo los tipos de interés del 4,5% al 4,25%, se anticipa que el repunte de precios podría dificultar nuevas bajadas en el corto plazo.
Los analistas siguen con atención la próxima reunión del banco central en agosto, donde se evaluará el rumbo de la política monetaria. La previsión del banco apunta a una inflación del 3,7% para este año, aunque considera que será un repunte temporal, condicionado por el incremento de los precios energéticos.
