Los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, han llevado a la Unión Europea a repensar su enfoque en el comercio global. Bruselas está explorando nuevas alianzas y reforzando lazos con mercados también afectados por las políticas estadounidenses. La idea es promover un comercio regido por normas claras.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha intensificado sus contactos con países asiáticos. En su primer viaje fuera de Europa durante su segundo mandato, hizo una visita a India. Allí, acordó con el primer ministro Narendra Modi un impulso para un acuerdo de libre comercio que se espera tenga resultados antes de que termine el año. Las conversaciones, que comenzaron en 2007, enfrentan obstáculos en sectores clave como el agrícola y el automovilístico. También se evalúan oportunidades con Indonesia, tras avances recientes en diálogos con Vietnam y Singapur.
Además de India e Indonesia, Von der Leyen ha expresado en una entrevista con el Financial Times su interés por dialogar con otros países asiáticos como Malasia, Tailandia y Filipinas. Corea del Sur, que ya cuenta con un acuerdo de libre comercio con la UE, ha ampliado su relación comercial mediante un pacto digital. Este nuevo acuerdo aborda cuestiones como la seguridad de datos y el intercambio de información tecnológica.
En América Latina, el bloque europeo se encuentra en proceso de ratificar un acuerdo con el Mercosur, que podría convertirse en el mayor del mundo si se superan las resistencias internas en países como Francia y Países Bajos. La Comisión Europea anticipa concluir la revisión legal del texto antes del próximo verano, lo que facilitaría su ratificación por parte de los estados miembros y el Parlamento Europeo.
La relación con China sigue siendo complicada. A pesar de las tensiones actuales, Europa busca «obtener beneficios mutuos en nuestra conversación con China». Aunque la desconfianza persiste debido a prácticas comerciales consideradas desleales, ambas partes están pensando en compromisos en el sector de los coches eléctricos como una «alternativa» a los aranceles. Una cumbre bilateral que se había previsto en Bruselas se celebrará en Pekín «por razones logísticas» el próximo julio.
Los esfuerzos de diversificación de Bruselas se inscriben en un contexto global de tensión, donde las políticas proteccionistas de Estados Unidos han impactado a sus aliados tradicionales. La UE busca asegurar sus rutas comerciales y consolidar alianzas que refuercen un sistema basado en normas, evitando depender exclusivamente de sus viejos socios.