El acceso a la vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales. El déficit acumulado continúa presionando al alza los precios, mientras la oferta de obra nueva no crece al ritmo necesario.
En 2024 se iniciaron 112.220 viviendas libres en España, muy lejos de las 664.923 de 2006. Ese mismo año se terminaron 86.609 viviendas, frente a las 597.632 de hace 18 años. En el primer trimestre de 2025, se iniciaron 31.179 viviendas, un 11,5% más interanual, pero solo se terminaron 18.642, un 8% menos que en 2024.
La falta de suelo finalista y la lentitud de los procesos urbanísticos frenan la producción. El sector —representado por CNC, APCEspaña y Asprima— insiste en que es urgente desbloquear la reforma de la Ley del Suelo para ganar seguridad jurídica y acortar los plazos.
Actualmente, el desarrollo de nuevos proyectos puede tardar entre 10 y 15 años. Se está construyendo en suelos planificados en el año 2000, y la demanda supera ampliamente a la oferta disponible.
La falta de mano de obra cualificada y no cualificada agrava el problema. La patronal CNC estima que el sector necesita incorporar 700.000 empleados en los próximos años para no poner en riesgo la ejecución de proyectos.
El envejecimiento de la plantilla, con una edad media que alcanzará los 45 años en 2025, obliga a actuar. El sector pide un plan de choque para adecuar la Formación Profesional, regularizar migrantes y atraer a jóvenes, mujeres y desempleados. Se espera que el PERTE para la industrialización de la vivienda contribuya a estos objetivos.