Mucho ha cambiado en los últimos tiempos en los mercados y también en las materias primas. Con la situación del petróleo, que es el rey de las commodities, en un proceso de estancamiento las dudas son si todas presentan la misma situación con el esquema global en el que nos encontramos. Según el equipo de análisis de Julius Baer, el panorama se ha puesto a prueba en las últimas semanas con los datos de la inflación. Así pues, las materias primas como clase de activos han estado aisladas desde hace algún tiempo del debate de la reflación. «Y esto a pesar de que el rebote de los precios de las materias primas el año pasado, junto con las perspectivas de crecimiento de China y Estados Unidos, alimentaron inicialmente este debate», señalan estos analistas. Durante los últimos tiempos se ha discutido durante mucho tiempo que los vínculos entre las commodities y la reflación es bastante débil. En primer lugar, los precios moderados del petróleo son parcialmente «culpables» de las cifras mediocres de la inflación. Además, la caída más reciente de los precios se traducirá probablemente en «un elemento deflacionario de mayor duración». En segundo lugar, el contexto económico sólido «apoya la demanda de productos básicos, pero el impacto se compensa con varios factores». Estos incluyen los suministros generalmente amplios, las implicaciones marginales del potencial estímulo estadounidense sobre la demanda de metales y el hecho de que en la fase actual del ciclo económico la demanda de materias primas tiende a estabilizarse y las tasas de crecimiento se desaceleran.
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