En un entorno cercano a la ‘tormenta perfecta’ donde el sector se enfrenta a grandes desafíos para conseguir rentabilidad, la banca tradicional corre el riesgo de perder la estrecha relación que hasta ahora mantenía con sus clientes y convertirse en un mero proveedor de servicios básicos, especialmente de depósitos poco rentables. El séptimo informe anual de Bain & Company sobre el comportamiento de los consumidores de banca revela que un 30% de los clientes españoles contrata nuevos productos bancarios de un competidor en vez de hacerlo en su banco principal. Esta ‘fuga oculta’ está desproporcionadamente ligada a los productos de mayor valor y se dirige principalmente a competidores directos (incluidos otros bancos tradicionales), que han desarrollado mejores capacidades digitales en marketing, ventas y servicio. El nuevo estudio de Bain revela que cuando estos clientes buscan alternativas de compra para nuevos productos el banco principal suele retener de promedio dos tercios de ese potencial negocio incremental. Sin embargo, esas compras son en su mayoría nuevos depósitos con baja rentabilidad. A menudo, pierden los productos de mayor valor a favor de bancos directos, compañías fintech y plataformas tecnológicas, que facilitan una experiencia de usuario mucho más sencilla y cercana. Concretamente, en España, los depósitos representaron más del 40% de las compras en los bancos principales de sus respectivos clientes en los últimos 12 meses, mientras que la compras de depósitos en los bancos competidores representaron la mitad de esta cifra. Los seguros fueron el producto más comprado en los bancos competidores, más del 35% de dichas compras.
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