El PIB mundial se ha ralentizado en la mayoría de economías desarrolladas en las últimas dos décadas mientras que los niveles de mano de obra se mantienen prácticamente paralizados. Teniendo en cuenta que el aumento de capital o trabajo, o bien su utilización más eficiente son los pilares sobre los que se asienta el crecimiento económico, el economista Robert Gordon se muestra pesimista y estima que la productividad en el próximo cuarto de siglo seguirá creciendo con lentitud. Ante tal panorama, la aparición de la inteligencia artificial (IA) podría ser la clave para volver a la senda del crecimiento, si pensamos en ella como un híbrido entre capital y trabajo. Aunque muchos ven este desarrollo tecnológico como una amenaza, “el verdadero potencial de la IA reside en su capacidad de complementar y enriquecer los factores de producción tradicionales”, señala el informe “Inteligencia Artificial, el Futuro del Crecimiento, realizado por Mark Purdy y Paul Daugherty para Accenture. La IA permite que las personas se concentren en aquellos aspectos de su trabajo que generan más valor, además, para los expertos, la inteligencia artificial complementa las capacidades humanas y ofrece a los empleados nuevas herramientas con las que pueden aumentar su inteligencia natural. Por último, ayuda a aumentar la eficiencia del capital, algo fundamental en industrias en las que representa un gran cote hundido.
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