Sí, el stablishment se ha impuesto en Francia, como ya hiciera en Holanda, y no hace tanto en España. No, no se ha repetido lo sucedido en Reino Unido con el Brexit o en Estados Unidos con Donald Trump. Ahora bien, lo cierto es que el denominado ‘populismo’ se ha hecho un hueco en las instituciones de ambos lados del Atlántico, y aún resta una gran economía por ir a las urnas: la italiana. “Los partidos anti-europeístas tienen probablemente más opciones de formar gobierno en la república transalpina que en la gala”, afirman desde Capital Economics. Este escenario no sería “un desastre inmediato, pero los riesgos para la recuperación y la banca aumentarían significativamente”. Se preguntan estos expertos si será la italiana la próxima ficha del dominó europeo “en no caer”. Destacan las similitudes entre Emmanuel Macron y Matteo Renzi, “eurófilos jóvenes y reformistas”. Y reconocen que el éxito del primero allana el camino del segundo cuando se presente a las elecciones como muy tarde en mayo de 2018. “Después de todo, la economía parece estar comportándose bien, lo que podría limitar la reacción anti-stablisment”, apuntan. Los indicadores del arranque de año no han sido particularmente fuerte, pero las encuestas más recientes son más alentadores, con el PMI compuesto en su nivel más alto desde julio de 2007 y apuntando a un crecimiento trimestral del 0,8%. Ahora bien, añaden, “existe un riesgo real de que la república italiana elija un gobierno anti-europeo, lo que podría causar graves daños económicos a corto plazo”. Y es que, las últimas encuestas publicadas colocan al Movimiento Cinco Estrellas (M5S) en cabeza y recordemos que este partido apuesta por un referéndum sobre la pertenencia al euro.
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