A las ganancias de doble dígito de la Bolsa de Brasil, se suma, también desde Latinoamérica, Argentina. Y en el lado de las excepciones (que confirman la norma), encontramos el mal comportamiento de Colombia, cuyo mercado se ha visto lastrado por el rechazo al acuerdo de paz del Gobierno y la FARC, que ha pesado sobre el peso. Si ampliamos el plazo, Brasil se mantiene en cabeza con una subida en lo que va de año cercana al 50%, seguida, dentro de la región, por México, con casi un 12% de escalada. También la mayor parte de las divisas de Latinoamérica se han revalorizado en octubre frente al dólar estadounidense. De nuevo, el real brasileño y el peso mexicano han protagonizado las mayores ganancias. Buena parte del ascenso de estos mercados se asienta sobre la mejora de los precios de las materias primas, especialmente el petróleo, que ha llegado a superar los 50 dólares por barril por primera vez desde junio. Sin embargo, Capital Economics llama la atención sobre “el ‘papel’ que han jugado los acontecimientos políticos”. Y es que, recordemos, en Brasil, la cámara baja del Congreso ha aprobado los planes para limitar el crecimiento del gasto a la tasa de inflación en los próximos 10 años. Aunque aún debe recibir el visto bueno del Senado, es un paso que “allanó el camino para que el banco central comenzará a recortar los tipos”, con una rebaja inicial de 25 puntos básicos hasta el 14%. Mientras, en México, la ventaja de la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, sobre su oponente republicano, Donald Trump, ha ayudado al peso a recuperar terreno (sube un 4% desde el primer debate). Finalmente, en Venezuela, la petrolera estatal PDVSA ha acordado un canje de deuda con sus acreedores, y la deuda soberana que se mueve en estrecha correlación con los de la compañía han mejorado de su mano. Esto, no obstante, apenas “compra tiempo para el Ejecutivo y no resuelve los problemas fundamentales de la economía”, matiza la firma. 
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