En 1994 Jerry Yang y David Filo fundaron Yahoo, una compañía que contaba con las líneas maestras de la distribución de contenidos en Internet. Aunque entonces no sabían cuán grande terminaría siendo la empresa, sus inversores tampoco esperaban que la burbuja se pinchara tan rápido. Dos factores han influido negativamente en la evolución de Yahoo, las malas decisiones, y la falta de seguridad. Malas decisiones Yahoo tardó solo dos años en dar el salto al mercado continuo gracias a su sistema de agregación de contenidos. Todo lo que tocaba Yahoo se convertía en oro, y la compañía empezó a entrar en numerosos servicios, por aquel entonces incipientes. En su momento culmen, la firma llegó a valer 125.000 millones de dólares, y sus ingresos crecían trimestre tras trimestre gracias a la publicidad incluida en su buscador. El buscador se convirtió en su primer éxito, y también su fracaso. Poco a poco pasó a ser una plataforma plagada de banners publicitario que sólo beneficiaban a la compañía, porque los usuarios comenzaron a aborrecerlo. Su buscador quedó en desuso con el nacimiento de un tal Google, una compañía fundada por Larry Page y Sergey Brin que llegó a pedir financiación a Yahoo y hasta estuvo cerca de ser comprada por la compañía de Yang y Filo en 2002. Entonces el CEO de Yahoo se negó a pagar los 5.000 millones de dólares que pedían por la compañía. Claramente se equivocó, hoy vale 420.000 millones. Poco después el buscador de Google, con un algoritmo mucho más preciso y desarrollado desbancó a Yahoo, a quien solo le quedaba la publicidad. Entonces, en 2007, Google compró DoubleClick, compañía que Yahoo también decidió no comprar. Esta startup de gestión de publicidad hizo que el buscador diseñado por Page y Brin robara también a Yahoo el pastel de la publicidad online. En 2008 Yahoo tuvo delante la primera oportunidad para vender su negocio, la oferta fue de 44.600 millones de dólares y llegó desde Microsoft, pero la compañía la rechazó. Un año después, su nueva CEO, Carol Bartz llegó a un acuerdo con la compañía de Redmon por el cual le cedía gratis lo que un año antes podría haberle vendido por casi 50.000 millones. Aunque Yahoo ya había superado el estallido de la burbuja de los puntocom, lo cierto es que nunca terminó de adaptarse a los cambios introducidos por las nuevas tecnologías en el desarrollo de la web, algo a lo que sus rivales si se supieron anticipar. 
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