El sector de las inversiones alternativas esté en el punto de mira en el momento actual. Se encuentra ante una oportunidad histórica para crecer, impulsado por las bajas rentabilidades de la deuda gubernamental, la volatilidad que sacude a los mercados de renta variable y los temores relativos al repunte de la inflación que, en conjunto, podrían despertar el interés de los inversores por los activos alternativos. En el entorno actual, los profundos cambios macroeconómicos, demográficos y medioambientales están alimentando una demanda sin precedentes de activos ‘reales’. El informe Alternatives 2017 recoge las opiniones de diversos expertos de las boutiques de inversión de BNY Mellon sobre las oportunidades que ofrecen los activos alternativos en el actual entorno de mercado. Los años de expansión cuantitativa y dinero barato han llevado a mínimos las rentabilidades de las distintas clases de activo de renta fija, una situación ante la que los inversores se han visto forzados a elegir entre aceptar las escasas rentabilidades que ofrecían los mercados de menor riesgo como el crédito con grado de inversión o aceptar más riesgo crediticio y enfrentarse a la posibilidad de sufrir cuantiosas pérdidas. Las inversiones alternativas pueden ofrecer opciones potencialmente más atractivas para obtener rentabilidades más altas sin tener que adoptar un mayor nivel de riesgo. Los activos gestionados (AuM) en inversiones alternativas en todo el mundo alcanzan ya los 6,2 billones de dólares , una cifra exponencialmente superior al billón de dólares que registraba este segmento en 1999 y que se estima que podría alcanzar los 13 millones de dólares en 2020 . Según un informe de BNY Mellon/FT Remark publicado en 2016, en el que participaron 400 grandes inversores institucionales, las inversiones alternativas generaron sólidas rentabilidades en un periodo de doce meses que cumplieron o superaron las expectativas del 93% de los encuestados.
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