El Reino Unido anunció este miércoles sanciones contra un banco y varias plataformas de criptomonedas de Kirguistán, acusadas de servir a Rusia para canalizar operaciones financieras opacas con las que evade las restricciones internacionales impuestas tras la invasión de Ucrania.
Las medidas se centran en el Banco Capital, con sede en Kirguistán, y en su director, Kantemir Chalbayev, entidad que Moscú utiliza «para el pago de material militar», según Londres.
También alcanzan a las plataformas de intercambio Grinex y Meer, así como a la infraestructura del nuevo token A7A5, respaldado por rublos. Según el Gobierno británico, este activo ha movido 9.300 millones de dólares (7.978 millones de euros) en apenas cuatro meses y fue diseñado específicamente «para intentar evadir las sanciones occidentales».
«Si el Kremlin cree que puede ocultar sus intentos desesperados de suavizar el impacto de nuestras sanciones blanqueando transacciones a través de redes criptográficas dudosas, está muy equivocado», afirmó Stephen Doughty, secretario de Estado de Sanciones.
El Ejecutivo británico subrayó que estas sanciones buscan cerrar los canales de dinero ilícito y «demostrarán la determinación de acabar con los mecanismos de evasión de sanciones internacionales que están ayudando a financiar la invasión de Ucrania, dondequiera que se encuentren».
El anuncio se produjo tras la reunión en Washington del primer ministro británico, Keir Starmer, y otros líderes europeos con el presidente estadounidense, Donald Trump, y el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, en la que abordaron escenarios para alcanzar la paz en Ucrania.
La acción británica coincide con medidas similares adoptadas por Estados Unidos. «Estas nuevas sanciones mantienen la presión a Putin en un momento crítico y toman medidas enérgicas contra las redes ilícitas que se utilizan para canalizar dinero hacia su tesoro de guerra», añadió Doughty.