Uno de los pocos efectos cuantificables tras la victoria del Brexit en Reino Unido ha sido la depreciación de la libra. De mantenerse, esta depreciación afectaría en gran medida al poder adquisitivo de los británicos, el primer mercado emisor de turistas para España. Según explican los expertos de Deloitte en su último informe “Expectativas 2017”, este efecto en el bolsillo de los británicos repercutirá en un recorte en su presupuesto para las vacaciones. Desde la consultora, basándose en que las llegadas de británicos a España se han mantenido, creen que sus visitas se mantendrán en los próximos meses, pero, a cambio, disminuirá su nivel de gasto y la duración de su estancia media en España. De ser así, esto dañaría de forma importante el PIB español, ya que en 2016 el turista británico aportó 16.200 millones de euros en gasto turístico a la economía española, cerca del 1,5% del PIB. Además, según el Centro de Precisión Económica (CEPREDE), “la factura de la salida de Reino Unido podría estar entre el 0,3% y el 0,6% del PIB ante una reducción de los ingresos procedentes de bienes y servicios”. Y es que el PIB per cápita británico está ligado directamente con las llegadas de turistas hacia España. Sin embargo, las previsiones sobre este indicador económico son pesimistas. El FMI ha rebajado sus previsiones de crecimiento de 2017 al 1,1%, y la Comisión Europea, al 1,5%, pese a haber crecido el 1,7% en diciembre de 2015.
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