Los motivos que frenan la compra del coche eléctrico en España

Según los últimos datos de matriculaciones publicados por Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), el 4,4% del total de turismos que hay en nuestro país son eléctricos o híbridos, 13.953 automóviles. Sin embargo, la matriculación de vehículos eléctricos solo creció un 3,4% en marzo, aunque aumentó un 87,54% la de turismos híbridos o eléctricos en el conjunto del primer trimestre de 2017. Si analizamos solo el comportamiento de los eléctricos en el primer trimestre, se registraron un total de 1.230 unidades, lo que supuso un incremento del 16,5% comparado con el mismo periodo del año anterior.

Según afirma Anfac, la incorporación al parque circulante de este tipo de coches al parque circulante de vehículos de energías alternativas es imprescindible para «reducir las emisiones contaminantes y mejorar la movilidad sostenible de nuestras ciudades». Anfac añade que, para conseguirlo, «es imprescindible apostar por este tipo de tecnologías proponiendo iniciativas que estimulen la compra y aumenten las infraestructuras de recarga». Estos son precisamente los obstáculos que encuentran los compradores a la hora de adquirir turismos alternativos. Sumados a su elevado precio y escasez de oferta, la falta de puntos de recarga y ayudas públicas están suponiendo un freno para este mercado en nuestro país. Según datos de la plataforma colaborativa Electromaps, en enero había 2.137 puntos para realizar recargas en España, ya sea de manera privada o pública. Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que es la responsable de publicar el listado de los gestores de cargas, en España solo hay 118 ‘electrolineras’, entendidas como puntos de repostaje de pago, gestionadas por 40 empresas que operan en 14 comunidades autónomas con 118 instalaciones. El precio es otro de los frenos fundamentales con los que los usuarios se ‘chocan’ cuando están pensando en adquirir un coche. Dependiendo del modelo, son entre 5.000 y 13.000 euros más caros que los coches diesel, aunque hay algunos más económicos que no incluyen la batería, sino que la alquilan, como el Renault ZOE. Este fue el vehículo más vendido en España dentro de los vehículos eléctricos puros en 2017. Este sobreprecio se debe podría amortizar con el ahorro en combustible, sin embargo, un coche eléctrico, según algunos estudios, empieza a amortizarse a los 10 años de tenerlo en propiedad. Pese a la problemática que todavía tiene la adquisición de este tipo de coches, una encuesta realizada por Dalia Research muestra que los españoles son los ciudadanos de la Unión Europea con mayor predisposición a comprar un vehículo eléctrico a medio plazo. En este sentido, un 46% de los encuestados españoles afirma que tiene pensado adquirir un vehículo de este tipo en los próximos cinco años. Esta es la mayor proporción de respuestas positivas entre los países de la UE. Al otro lado se encuentra Alemania, en el que solo el 22% de los encuestados afirma tener planeada su compra.

 

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