En los últimos años los fondos smart-beta se han vuelto cada vez más populares a medida que los inversores buscan un acceso eficiente y de bajo coste a los activos de retorno recurrente, según apunta Jason Williams, vicepresidente sénior y gestor-analista de Lazard Asset Management. Sin embargo, las transacciones de mercado abarrotadas por los grandes flujos de fondos smart-beta podrían crear inestabilidades de mercado y dejar a los inversores expuestos a grandes pérdidas. «Esto es particularmente preocupante durante los períodos de estrés del mercado financiero, ya que la popularidad de los fondos smart-beta está impulsando grandes cantidades de capital hacia áreas específicas del mercado y, si la marea retrocede, puede causar ciclos rápidos de retroalimentación negativa y desencadenar ventas masivas sistemáticas.» aclara Williams. Precisamente las preocupaciones sobre este escenario están aumentando en la actualidad. A medida que más inversores persiguen las mismas fuentes de rentabilidad, también es probable que disminuyan los retornos de estas fuentes. Algunos también argumentan que los flujos de smart-beta están distorsionando los precios del mercado. En su opinión, los productos smart-beta generan factores – valor, baja volatilidad y momentum- más arriesgados o más volátiles para el futuro y, en esencia, tales estrategias corren el riesgo de ser víctimas de su propio éxito. «Creemos que se requiere un enfoque profundamente analítico para ayudar a los inversores a evitar la erosión o incluso la pérdida de sus beneficios como resultado de la exposición de los fondos smart-beta a los seis riesgos que destacamos a continuación:
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