Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), ha advertido en Rímini que la Unión Europea (UE) ha visto «evaporarse» la ilusión de que su poder como bloque de consumidores aseguraba peso geopolítico, incluso frente a Estados Unidos.
«Durante años, la UE ha creído que su dimensión económica, con 450 millones de consumidores, le daba poder geopolítico en las relaciones comerciales internacionales. Este año será recordado como aquel en que esa percepción se evaporó», afirmó durante el foro Encuentro para la amistad entre los pueblos.
El también exprimer ministro italiano lamentó que la UE «ha tenido que resignarse a los aranceles impuestos por su principal y más antiguo aliado», Estados Unidos, además de verse «empujada» a aumentar el gasto militar para su defensa.
Draghi subrayó el papel «marginal» del bloque en las negociaciones para la paz en Ucrania. «Pese a haber realizado la mayor contribución financiera a la guerra en Ucrania y de tener un interés crucial en una paz justa, la Unión Europea ha tenido hasta ahora un papel limitado en las negociaciones de paz», apuntó.
El economista alertó, además, del rol de China en el escenario internacional. Señaló que Pekín «ha apoyado abiertamente el esfuerzo bélico de Rusia» y que ha «expandido su capacidad industrial para dar la vuelta al exceso de producción en Europa», ahora que el mercado estadounidense se encuentra «limitado» por los aranceles impulsados por Donald Trump.
Draghi denunció también la pasividad europea ante otras crisis internacionales: «Europa ha sido una espectadora también cuando los sitios nucleares iraníes eran bombardeados y cuando la masacre de Gaza se intensificaba», afirmó, recibiendo el aplauso del público.
En su intervención, insistió en que la «dimensión económica» no basta para otorgar fuerza geopolítica y advirtió sobre el creciente escepticismo ciudadano hacia el proyecto europeo. «No es sorprendente que el escepticismo ante Europa haya alcanzado nuevos picos. Pero es importante preocuparse cuál es motivo», concluyó.