Microsoft ha decidido ir más allá de los chatbots. La compañía anunció la creación del Equipo de Superinteligencia MAI, un grupo de investigación avanzado que buscará construir sistemas de inteligencia artificial capaces de superar al cerebro humano. Suena a ciencia ficción, pero es parte de un plan muy real.
El nuevo equipo estará liderado por Mustafa Suleyman, director ejecutivo de la división de IA de Microsoft y responsable de Bing y Copilot. Su perfil no es menor: fue cofundador de DeepMind, el laboratorio que Google compró en 2014 y que cambió la historia del aprendizaje automático.
Inteligencia práctica, no abstracta
Suleyman explicó que el objetivo no es crear una mente digital sin rumbo, sino asistentes útiles que ayuden en educación, salud y ciencia. «No se trata de una superinteligencia abstracta o indefinida, sino de una tecnología práctica diseñada para servir a la humanidad», afirmó.
También subrayó que el proyecto busca resolver problemas concretos sin perder control sobre la tecnología: «Nuestro objetivo es mantener el sistema práctico y controlable». Un recordatorio de que la inteligencia artificial, por muy avanzada que sea, todavía necesita supervisión humana (por ahora).
Sin burbujas, sin delirios
Preguntado por los riesgos de una burbuja tecnológica, Suleyman fue tajante: «No estamos creando una superinteligencia a cualquier precio». En un contexto de gasto masivo en IA por parte de las grandes tecnológicas, la frase suena a compromiso… y a advertencia.
El anuncio llega tras los movimientos de Meta, que invirtió 14.300 millones de dólares en la startup Scale AI y fichó a su fundador, Alexandr Wang, para liderar su propio laboratorio de superinteligencia. En Silicon Valley, la competencia no es ya por el mejor algoritmo, sino por quién construirá la primera mente sobrehumana.
El tablero se reconfigura
Microsoft, según CNBC, quiere reducir su dependencia de OpenAI, cuyos modelos usa en Bing y Copilot. Para ello, ha comprado Inflection y experimenta con tecnologías de Google y Anthropic, esta última fundada por antiguos ejecutivos de OpenAI.
En otras palabras: la empresa de Redmond está blindando su futuro. No quiere ser solo el socio de OpenAI, sino el arquitecto de la próxima revolución cognitiva. Porque si el futuro pertenece a las máquinas que piensan, Microsoft quiere asegurarse de ser quien les enseñe a hacerlo.
