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Durante décadas, el modelo presencial fue incuestionable. La oficina era el templo, la reunión era sagrada, y fichar a las 9 era casi un acto de fe. Pero llegó 2020, llegó la pandemia… y también llegó la videollamada.
Desde entonces, las reglas cambiaron. El trabajo ya no depende del lugar, sino del enfoque.
Hoy, las empresas se dividen entre quienes apuestan por el teletrabajo, quienes prefieren un modelo híbrido, y quienes han decidido volver al redil del modelo presencial. Ninguno es mejor por sí solo: todo depende de a qué te dedicas, cómo te organizas y qué cultura estás construyendo.
Remoto: la oficina en una mochila
El modelo 100% remoto dejó de ser cosa de freelances nómadas para convertirse en una opción estratégica. Empresas tecnológicas, agencias creativas, consultoras y servicios digitales han demostrado que se puede mantener —y escalar— la productividad sin tener que ir a la oficina.
Ventajas principales:
- Reducción de costes operativos (alquileres y gastos derivados, desplazamientos, viajes costosos)
- Acceso a talento global, sin importar dónde viva.
- Mejora del equilibrio vida-trabajo.
Ideal para:
- Startups sin recursos para oficina.
- Equipos tecnológicos.
- Empresas que valoran más el output que la asistencia.
Empresas tan conocidas como GitLab, Automattic (la matriz de WordPress) o Dropbox han apostado por el modelo 100% remoto y solo se reúnen de manera presencial en eventos especiales.
Los expertos advierten que para que funcione es necesario tener procesos claros, herramientas eficaces y una gestión de equipos mucho más intencionada. Y no todo el mundo tiene un entorno doméstico ideal para trabajar.
Híbrido: flexibilidad con estructura
Entre el blanco del remoto y el negro del presencial, el modelo híbrido es ese gris en el que casi todo el mundo está experimentando. Implica combinar días en la oficina con otros desde casa, idealmente según las necesidades del equipo y no por capricho del calendario.
Ventajas principales:
- Permite lo mejor de ambos mundos: flexibilidad sin perder conexión personal.
- Favorece la colaboración y la cultura de empresa sin obligar a una presencia constante.
- Es el modelo preferido por muchos empleados… y muchas direcciones que no quieren ir ni tanto ni tan poco.
Ideal para:
- Empresas medianas y grandes en transformación.
- Equipos que necesitan encuentros periódicos para alinear ideas.
- Sectores como consultoría, formación, marketing o comunicación.
Es el modelo preferido de las grandes tecnológicas. Las oficinas de Google se mantienen y sus empleados van algunos días a la semana pero lo combinan con la forma remota. Microsoft ofrece hasta un 50% de trabajo remoto como norma general, dejando margen a cada equipo.
Salesforce llama al suyo Success from Anywhere: lo importante no es desde dónde trabajas, sino que cumplas objetivos.
Entre los peligros que tiene este modelo, los psicólogos del trabajo destacan la posibilidad de caos. Si no se coordinan bien los días de oficina, los empleados acaban yendo para hacer videollamadas desde salas de reuniones. Y la cultura puede diluirse si la mitad del equipo no se conoce en persona.
Presencial: la oficina como centro de mando
El modelo tradicional no ha desaparecido. De hecho, muchas grandes empresas lo defienden con argumentos claros: cohesión del equipo, control directo, facilidad para formar a nuevos empleados y mayor previsibilidad.
Ventajas principales:
- Comunicación directa y fluida.
- Mayor control sobre procesos y ritmos.
- Espacios diseñados para colaborar.
Ideal para:
- Industrias con componentes físicos: fabricación, logística, retail, sanidad.
- Grandes corporaciones con estructuras jerárquicas.
- Equipos que trabajan con sistemas o herramientas no accesibles desde casa.
Empresas como Tesla apuestan decididamente por la presencialidad para fomentar la cohesión. JP Morgan exige presencialidad en áreas clave, argumentando que la innovación y la formación se dan cara a cara. Goldman Sachs también apostó por volver al modelo tradicional, con énfasis en recuperar la cultura de rendimiento.
Gestionar la vuelta total a la oficina debe realizarse con cuidado. Muchas empresas que forzaron la presencialidad sin matices han sufrido renuncias silenciosas y pérdida de talento clave.
¿Qué modelo es mejor?
La verdadera pregunta no es ¿cuál es el mejor?, sino ¿cuál es el más adecuado para tu organización?. Y para responder, hay que tener en cuenta el tamaño, el sector, la cultura interna y —no menos importante— las expectativas del talento que quieres atraer y retener.
Modelo | Tipos de empresa | Sectores ideales |
---|---|---|
Remoto | Startups, empresas tech | Software, diseño, atención digital |
Híbrido | Empresas en crecimiento | Consultoría, comunicación, educación |
Presencial | Corporaciones, industrias | Banca, sanidad, manufactura, atención al cliente |
El futuro
Más allá de las etiquetas, lo que las empresas están aprendiendo es que la clave no está en el modelo, sino en la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Entre lo que ofrecen y lo que exigen.
Porque trabajar desde casa, desde la oficina o desde un coworking en Lisboa puede funcionar. Pero solo si los equipos tienen claro por qué lo hacen, cómo se organizan y a dónde quieren llegar.