La Autoridad de Competencia de Italia (AGCM) ha impuesto una multa de 3,5 millones de euros al grupo de moda Giorgio Armani y a su filial GA Operations, por realizar prácticas comerciales desleales vinculadas al uso de subcontratistas sin control adecuado.
Según el organismo, las empresas afirmaban en sus canales oficiales y código ético que respetaban los derechos laborales, pero gran parte de la producción estaba externalizada a proveedores que operaban sin garantías ni inspecciones suficientes.
La AGCM concluye que las compañías hicieron declaraciones confusas sobre su ética y responsabilidad social, sin mecanismos reales de supervisión. La investigación, iniciada en 2024, reveló casos de maquinaria insegura, entornos laborales insalubres y trabajo ilegal en talleres subcontratados.
En un comunicado, Armani ha rechazado la decisión con «amargura y asombro» y ha anunciado que la recurrirá ante el Tribunal Administrativo Regional, alegando que siempre ha actuado con transparencia y responsabilidad.
La autoridad antimonopolio sostiene que ambas empresas eran conscientes de las irregularidades. Durante una inspección policial, un empleado de GA Operations declaró que acudía mensualmente a los talleres para supervisar la producción.