Desde principios de mayo, y tras el optimismo que trajo la victoria en Francia de Emmanuel Macron, los mercados europeos han venido goteando a la baja con hastío y condescendencia, a pesar de las mejoras macro, la recuperación de los resultados empresariales y el apoyo del BCE. Incluso las caídas se han producido sin un claro repunte de la volatilidad, lo que ha justificado una cierta atonía en los gestores según Alphavalue. El gráfico del Eurostoxx50 es claramente inverso a la apreciación del euro. Esto explica, casi de manera unívoca, el mal comportamiento de la renta variable europea respecto a otros mercados internacionales como el norteamericano. Además, el apetito por los bonos soberanos europeos ha vuelto de manera rápida y contundente (el Bund ha pasado del 0,60% al 0,36% en mes y medio).
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