A pesar de la solidez del entorno económico, tras unos resultados récord en enero, últimamente las aguas del mercado andan revueltas a la hora de asignar activos. En febrero, el índice VIX se situó una vez más por encima de 35, una cota a la que no llegaba desde agosto de 2015 con la crisis de las materias primas en el escenario internacional. En un contexto de normalización de tipos de interés, según apuntan los expertos de Lombard Odier en un último informe, el aumento de los tipos reales en Estados Unidos «parece estar detrás de esa agitación del mercado, un factor al que recientemente se han sumado las preocupaciones acerca de las tensiones comerciales, la privacidad en Internet y los desacuerdos políticos en general». Desde el punto de vista de estos expertos, efectivamente, este trimestre ha marcado el regreso a un nuevo «régimen de volatilidad«, en el que «la destreza y la disciplina inversora serán claves». Por tanto, ¿cuál ha de ser la asignación de activos en este clima en el que nos encontramos en la actualidad? Lombard Odier añade que confían en que la tendencia positiva mundial de los mercados continuará en 2018 y permitirá consolidar los «activos y sectores cíclicos«. En este sentido, los riesgos asociados a su escenario de referencia son «el sobrecalentamiento económico, que impulsaría un fuerte incremento del coste de capital, o una intensificación del proteccionismo». Algo de lo que ya se han visto pinceladas hasta la fecha.
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