"Feo". Así describe Julian Jessop, de Capital Econocmis, el colapso de la renta variable del Viejo Continente, pero, matiza, "la magnitud de las caídas se reduce si tenemos en cuenta las fuertes subidas que las precedieron". De hecho, apunta el Ftse 100, por ejemplo, simplemente ha invertido ese movimiento y aún está por encima de los mínimos de mediados de junio.
Irónicamente, reconoce, las Bolsas del resto de Europa (especialmente el sector financiero) lo ha hecho pero que la británica, "lo que refleja en parte el apoyo que ha proporcionado al mercado una libra más competitiva". En cualquier caso, indica, no se ha producido una ruptura decisiva (en general) de los mínimos marcados a principios del ejercicio. "Y visto desde una perspectiva global, los descensos han sido triviales con aquellos vistos durante la crisis financiera o de deuda de la Zona Euro en 2011-2012", apunta.
El mayor shock, hasta ahora, lo ha sufrido la divisa británica y, de hecho, la incertidumbre económica que se espera en Reino Unido y la flexibilización monetaria por parte del Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) podrían llevarla a los 1,20. Pero, de nuevo en perspectiva, no podemos olvidar que ya se ha debilitado desde los 1,70 de mediados de 2014 a menos de 1,40 en febrero de este año, en un periodo prolongado de fortaleza del dólar. Es más, sobre una base ponderada de comercio, sólo ha vuelto al lugar que ocupó entre 2009 y 2015.
Obviamente, concluye, "nada de esto elimina la posibilidad de nuevas oleadas de ventas en el futuro. Pero, teniendo en cuenta lo ocurrido hasta ahora, parece prematuro concluir que la volatilidad de los mercados globales amenaza con descarrilar la economía o impedirá que la Reserva Federal (Fed) suba los tipos a finales de 2016".
En este sentido, Igor de Maack, gestor de DNCA Investments (gestora afiliada a Natixis Global AM), recuerda que la "prima de riesgo entre los mercados europeos ya estaba relativamente alta, lo que podría limitar parcialmente los descensos futuros, mientras que las políticas actuales de los bancos centrales "deberían evitar el riesgo sistémico".
La volatilidad, no obstante, seguirá, "y sólo una temporada de resultados saludables y/o una acción fuerte concertada por las autoridades monetarias podría reavivar la tendencia alcista, o al menos estabilizar la situación".
Así las cosas, Mark Glazener, gestor del fondo insignia de renta variable Robeco NV, cree que la clave es ahora "identificar los futuros ganadores", aunque, de momento, consideran que no se abre una oportunidad de compra, se reconoce "plenamente invertidos en Estados Unidos y Canadá, países que pensamos se verán relativamente menos afectados".
Mientras que en Reino Unido apuesta por valores con buena parte de sus ventas fuera del país. "También contamos con posiciones en entidades financieras europeas, como ING e Intesa, que podrían verse afectadas por encima de la media en términos de cotización", señala.
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