Pescadores y mariscadoras refuerzan su economía con rutas turísticas

El pescaturismo y el turismo marinero se consolidan como fuentes complementarias de ingresos en un sector afectado por la sostenibilidad y la caída de capturas.
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La flota pesquera española ha encontrado en el pescaturismo y el turismo marinero una alternativa creciente para diversificar ingresos y mantener la actividad en los meses más difíciles.

Estas iniciativas permiten que el público conozca el oficio tradicional de los pescadores y mariscadoras a través de rutas guiadas, embarques turísticos y experiencias gastronómicas en el litoral.

El turismo vinculado al sector pesquero incluye salidas en barco con turistas, rutas a pie con mariscadoras, degustaciones de productos locales y actividades didácticas. A diferencia de la pesca deportiva, estas experiencias están diseñadas para divulgar el conocimiento del entorno marino y promover la sostenibilidad.

Armadores y asociaciones destacan que este verano la demanda se mantiene firme, especialmente entre visitantes extranjeros procedentes de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, entre los turistas nacionales se nota cierta contención en el gasto, debido al aumento general del coste vacacional.

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Sauro Martínez, patrón mayor de la cofradía de Sanxenxo señala que el pescaturismo le permite mantener los sueldos de los tripulantes de su barco durante la campaña estival, afectada por la situación del pulpo.

Su proyecto Marinero por un día, a bordo del «Playa de Sanxenxo», permite que los visitantes vean cómo se trabaja con artes menores y degusten productos como pulpo, nécoras y vino gallego.

«Pescamos y no guionizamos», afirma Martínez, que comenzó esta actividad en 2020 para compensar los costes del gasóleo y del cebo.

El grupo atunero Balfegó, en L’Ametlla de Mar, ha consolidado el proyecto Tuna Tour, con el que se puede nadar entre atunes rojos de hasta 200 kilos. Este verano han incorporado también la posibilidad de realizar un bautismo de buceo.

David Puente, director comercial, estima que recibirán unos 22.000 visitantes, de los cuales un 80% serán españoles. La experiencia tiene también un componente educativo sobre pesca sostenible, según destaca el propio grupo.

En Cambados, la asociación Guimatur, formada por mariscadoras y rederas, ofrece desde 2004 recorridos guiados por la cadena de valor del molusco, desde la recogida hasta la comercialización.

María José Cacabelos, su presidenta, explica que el proyecto ya supone el 10% de los ingresos de estas mujeres. Además del aspecto económico, valora la visibilidad que ofrece esta actividad, especialmente para las mujeres que no tuvieron acceso a estudios y empezaron a trabajar desde niñas.

Cacabelos defiende el oficio de mariscadora, a pesar de su dureza, por permitir la conciliación y por tener, como ella dice, «la playa como oficina». El turismo vinculado a la pesca, además de generar ingresos, ayuda a preservar oficios tradicionales y a revalorizar el papel del medio rural costero.

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