La demanda de insfraestructuras tanto en países desarrollados como emergentes es un hecho, derivado del incremento demográfico. Se estima que se necesitan 67 trillones de dólares sólo para invertir en infraestructuras de suministro y eficiencia energética en el periodo que va de 2016 a 2040, el tráfico de contenedores a nivel global se está disparando, lo mismo que el de pasajeros a través de aeropuertos, a lo que hay que unir la ingente cantidad de capital que se requiere sólo en la gestión de infraestructuras de agua.
Ante esta realidad no parece mala idea buscar formas de apostar por esta temática, pero a través de compañías cotizadas, para garantizarse aspectos como la liquidez, la posibilidad de diversificación o la flexibilidad para elegir en cada momento los activos que mejor se adapten al ciclo. Es lo que hace la gestora Legg Mason a través del Legg Mason RARE Infraestructure Value Fund. “En un momento en el que el yield es cada vez más reducido, este fondo es capaz de generarlo”, explica Javier Mallo, responsable de la gestora para España y Portugal. De hecho, busca rentar un 5,5 por ciento más que la inflación. El fondo acumula una revalorización anualizada del 8,9 por ciento desde su creación.
Gestión conservadora
El fondo lleva a cabo una gestión conservadora que le otorga un carácter defensivo y ofrece al inversor “protección frente a la inflación”. Se centra en empresas que gestionan infraestructuras de transmisión y distribución de gas y electricidad o agua, así como compañías gestoras de autopistas, puertos o aeropuertos. Pero la flexibilidad es una de las máximas. “Ahora mismo un 70 por ciento de la cartera está en utilities porque es lo mejor en el momento actual del ciclo, ya que generan estabilidad y tienen dividendos en crecimiento”, explica Mallo.
A la hora de seleccionar compañías, los gestores del fondo no se siguen ninguno de los índices de infraestructuras que existen porque “la inmensa mayoría están muy concentrados en subsectores concretos o en regiones concretas”, además de incluir en muchas ocasiones empresas que no son de infraestructuras. En su lugar, identifican compañías en función del porcentaje de infraestructuras dentro del volumen de negocio de las compañías y en función de la calidad de esas infraestructuras. Además, analizan como factor clave la regulación y seguridad jurídica de los países en los que operan estas empresas en las que invierten. De hecho, el máximo que se puede tener de exposición a emergentes es del 25 por ciento, en gran medida por este tema regulatorio.
Posiciones en cartera
Valores como AENA o Abertis han figurado en cartera del fondo de Legg Mason para invertir en infraestructuras cotizadas, sin embargo sólo está invertido ahora en REE y Ferrovial entre cotizadas españolas, esta última por su explotación de aeropuertos como el de Heathrow o de autopistas en EE.UU.
REE la cuarta posición que más pesa en una cartera en la que figuran a su lado empresas como Enbridge, Hydro One, Sempra, Cheniere Energy, United Utilities, Svern Trent, Dominion Resources, Emera o Union Pacific.
2019-10-16 14:51:57