Lee Jae-yong, presidente de Samsung Electronics, ha viajado a Estados Unidos en un momento decisivo para las relaciones comerciales entre Seúl y Washington.
Su llegada coincide con la recta final de las negociaciones que podrían derivar en aranceles del 25% para Corea del Sur si no se alcanza un acuerdo antes del viernes.
La visita se produce tras el anuncio de un contrato por 16.500 millones de dólares con Tesla para el suministro de chips, cuya producción comenzará en 2026 en la nueva planta de Samsung en Taylor, Texas. Además, el grupo surcoreano mantiene su compromiso de invertir 37.000 millones de dólares en instalaciones de fundición en EE. UU. de aquí a 2030.
El viaje de Lee también marca su primer desplazamiento internacional desde que el Tribunal Supremo de Corea del Sur lo absolviera de todos los cargos por la polémica fusión de dos filiales.
Aunque no hizo declaraciones a su llegada al aeropuerto, los analistas interpretan esta visita como un gesto estratégico de Samsung para reforzar su papel en la industria de semiconductores y en el desarrollo de inteligencia artificial, dos sectores prioritarios para EE.UU.
En paralelo, varios representantes del Gobierno surcoreano, incluido Koo Yun-cheol, ministro de Finanzas, también se encuentran en Washington para continuar las conversaciones comerciales con la Administración Trump.
