En el mundo actual la producción, la movilidad, la comunicación, la energía y otros sistemas están cambiando a una velocidad y alcance sin precedentes transformando todo, desde los patrones de empleo hasta las relaciones sociales y la estabilidad geopolítica. Para los expertos del Foro Económico Mundial, impulsada por la convergencia entre las tecnologías digitales, biológicas y físicas, la Cuarta Revolución Industrial está creando nuevos riesgos globales y exacerbando los riesgos existentes. Precisamente por este motivo, el Foro Económico Mundial reunido en Davos subraya la importancia de la calidad de gobernanza, de la que dependerá la maximización de los beneficios y la mitigación de los riesgos asociados a la Cuarta Revolución Industrial. “El verdadero reto reside en navegar entre estos dos polos: construir conocimiento y conciencia de las contrapartidas y tensiones a las que nos enfrentamos y adoptar decisiones informadas sobre cómo proceder”, afirma, haciendo hincapié en que esta tarea es más complicada al tiempo que los cambios tecnológicos se profundizan y aceleran. La sustitución de mano de obra humana es uno de los principales riesgos de esta cuarta revolución industrial, explican los expertos que añaden que la mayoría de las evaluaciones sugieren que el efecto disruptivo de la tecnología en los mercados de trabajo se acelerará en los sectores no manufactureros en los próximos años, “ya que los rápidos avances en robótica, sensores y aprendizaje de máquinas permiten que el capital reemplace a la mano de obra en una amplia gama de servicios”. Las estimaciones del número de puestos de trabajo en riesgo para el desplazamiento tecnológico varían. Un estudio de Oxford Martin School de 2013, ha sugerido que se perderán el 47% de los empleos en Estados; Mientras, en 2015, un estudio de McKinsey concluyó que el 45% de las actividades que los trabajadores hacen hoy en día en Europa podrían automatizarse si las empresas decidieran hacerlo. Dilemas de Regulación Otro de los problemas que está trayendo consigo la tecnología es la brecha digital. A nivel global, muchas personas se están quedando atrás, más de 4.000 millones de personas todavía no tienen acceso a Internet, y más de 1.200 millones de personas carecen de electricidad. Desde el Foro Económico Mundial señalan por tanto que una gobernanza cuidadosa puede guiar la distribución de los beneficios y el impacto de estos riesgos globales de la nueva era digital, ya que la evolución de las nuevas tecnologías estará fuertemente influenciada por las normas sociales, las políticas corporativas, los estándares de la industria y los principios reguladores que se debaten y escriben hoy. Aunque gobernar las tecnologías emergentes es una cuestión compleja, la solución no pasa por imponer restricciones excesivamente estrictas al desarrollo de una tecnología, “ya que puede retrasar o prevenir sus posibles beneficios”. Idealmente, los regímenes de gobernabilidad deben ser estables, predecibles y transparentes para generar confianza entre los inversores, las empresas y los científicos y generar un nivel suficiente de confianza y conciencia entre el público en general.
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