El mercado comienza a ver el ‘vaso medio vacío’ en lo que respecta a la Administración Trump. Más allá de sus promesas fiscales y de inversión, sus propuestas pro-crecimiento e inflación, pesa sobre el ánimo inversor el impacto negativo del proteccionismo y el temor a una ‘guerra comercial’, así como una marcha atrás en la globalización. Por otra parte, empieza a materializarse el riesgo político en Europa, con el 70% del PIB de la Zona Euro celebrando elecciones este 2017. Con permiso de Holanda (marzo), Abre la veda Francia esta primavera (primera vuelta finales de abril y segunda principios de mayo), y el temor a Le Pen se siente ya en los diferenciales de su deuda; continuará Alemania (septiembre), y no están descartados unos comicios anticipados en Italia (abril-mayo). Al mismo tiempo, en un constante ‘día de la marmota’, los problemas de la deuda de Grecia regresan y, tras el Brexit, las posibilidades de una salida del euro escalan. Al mismo tiempo, se mantienen las expectativas de endurecimiento monetario por parte de la Reserva Federal (Fed) y continúan las especulaciones en torno a la retirada, paulatina pero más pronto que tarde, del Banco Central Europeo (BCE). En un momento en el que el mercado no termina de tener del todo claro si el trasvase política monetaria a política fiscal será suficiente… Prudencia con estrategia Posible retraso y dilución de los estímulos de Trump. Subida de tipos por parte del banco central estadounidense. Aumento de las voces discordantes en el seno del europeo. Riesgo político en Europa. Son las cuatro “razones para la prudencia” que destaca Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4 Banco. Advierte esta experta que el ‘reflation trade’ podría “deshacerse parcialmente ante la falta de concreción de los estímulos del presidente norteamericano”. Por lo que recomiendan “aumentar liquidez para disponer de reserva y aprovechar mejores precios de compra en Bolsa”. Renta variable, sí, pues “el mercado descuenta una recuperación de beneficios que debe ir concretándose para dar sostenibilidad a la subida y que ésta no se base únicamente en los estímulos de los bancos centrales”. Ahora bien, “se impone más que nunca la selección de valores (stock picking) y elegir bien los puntos de entrada (timing)”. 
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