Primero fueron las altas valoraciones alcanzadas por la renta variable, apoyadas, cierto, en la mejora macro, pero también en unas promesas fiscales y de inversión de Donald Trump que no terminan de convertirse en hechos, mientras el riesgo político se mantenía en Europa. Despejado, no obstante, esta incertidumbre, los analistas vigilan la baja volatilidad. Y es que, el índice VIX, el ‘indicador del miedo’, se mueve cerca de su nivel más bajo de la última década, mínimo que se alcanzó poco antes del estallido de la crisis financiera… ¿Estamos pues ante una señal de alarma? John Higgins, de Capital Economics, cree que no necesariamente. Pues la volatilidad esperada ya fue reducida a mediados de los 90 y esto no impidió que las Bolsas subieran de forma constante durante años (a medida que se inflaba la burbuja, eso sí…).
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