Rapidus fabrica su primer transistor de 2 nm y desafía a TSMC, Intel y Samsung

La joven Rapidus acelera en la carrera de los semiconductores y agita el tablero global.
Atsuyoshi Koike, CEO de Rapidus Corporation Atsuyoshi Koike, CEO de Rapidus Corporation
Atsuyoshi Koike, CEO de Rapidus Corporation :: Rapidus

Rapidus Corporation ha logrado fabricar con éxito su primer transistor de 2 nanómetros, un avance técnico que la coloca en la misma conversación que TSMC, Intel y Samsung, los tres gigantes que dominan la industria. La hazaña sorprende aún más si se tiene en cuenta que la empresa apenas fue fundada hace tres años.

Por ahora, no está lista para producir estos circuitos a gran escala, pero su velocidad de desarrollo intimida. Los competidores tienen previsto arrancar la fabricación masiva en la segunda mitad de 2025. Rapidus planea hacerlo en 2027, aunque este hito alimenta las previsiones de que podría adelantar ese calendario incluso antes de 2026.

Esta compañía es la gran apuesta de Japón para recuperar el peso perdido en los semiconductores, una industria que en los años 80 dominaban NEC, Toshiba, Hitachi, Fujitsu o Mitsubishi. En 1988, las firmas niponas controlaban la mitad del mercado mundial, pero hoy no hay ninguna entre los líderes, desplazadas por compañías taiwanesas, estadounidenses, chinas, surcoreanas y alemanas.

La planta de Rapidus, ubicada en Chitose (Hokkaido), comenzó en abril las pruebas de procesamiento de obleas en una línea piloto. El objetivo es claro: producir chips de 2 nm con procesos altamente automatizados para aplicaciones de inteligencia artificial. Según su presidente, Atsuyoshi Koike, esto permitirá fabricar más rápido, con menor coste y mejor calidad.

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Fundada el 10 de agosto de 2022, Rapidus nació con un capital inicial de 7.346 millones de yenes (unos 46 millones de euros). El dinero provino de pesos pesados como Sony, Toyota, NEC, SoftBank, Kioxia, Denso, Nippon Telegraph y MUFG Bank, una combinación que mezcla tecnología, automoción y telecomunicaciones.

El proyecto encaja con la estrategia del Gobierno japonés, liderado por Shigeru Ishiba, que busca reconstruir la competitividad del país en circuitos integrados. Su economía se juega mucho en este regreso al tablero global, y Rapidus es la punta de lanza de esa ambición.

La gran diferencia de su fábrica es que será totalmente automatizada, algo inédito en este sector. Aunque casi todas las plantas ya usan equipos de litografía ultravioleta extremo (UVE) de la neerlandesa ASML, todavía hay fases manuales como pruebas, validación o empaquetado. Rapidus promete eliminarlas con robots e IA, reduciendo en un 66% los tiempos de entrega frente a TSMC y Samsung.

Si cumple sus promesas, Rapidus no solo acelerará la producción de chips de 2 nm, sino que también podría redefinir los estándares industriales, devolviendo a Japón un lugar privilegiado en una carrera tecnológica que parecía perdida.

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