La Fundación INCYDE, perteneciente a las Cámaras de Comercio de España, ha presentado la Red de Incubadoras de Alta Tecnología, un ecosistema financiado con fondos europeos que integra 212 espacios de apoyo al emprendimiento repartidos por todo el país. El modelo, que combina incubadoras, viveros de empresas y coworkings digitales, ha acompañado ya a más de 45.000 emprendedores desde su puesta en marcha, con una tasa de supervivencia que supera el 80% entre las startups incubadas.
Durante el acto institucional «Donde nacen las ideas: historias reales desde el ecosistema de incubación empresarial», celebrado en la sede de INCYDE, se puso de relieve el alcance de esta red como infraestructura de innovación y cohesión territorial.
Actualmente, la red está compuesta por 26 Incubadoras de Alta Tecnología, 143 viveros de empresa y 43 espacios de coworking digital, financiados con 215 millones de euros procedentes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Según destacó José Luis Bonet, presidente de la Fundación INCYDE, el programa nació tras la confianza depositada hace más de una década por la Comisión Europea. «Hoy podemos decir con orgullo que esa visión es una realidad consolidada», señaló, subrayando su impacto más allá de lo económico: «Las incubadoras son comunidades donde se acelera la innovación, se crean empleos y se fortalece el tejido empresarial».
Entre los ejemplos más destacados, Bonet citó la incubadora Cajamar Innova, especializada en tecnología del agua y reconocida por la Comisión Europea como el mejor proyecto financiado con fondos europeos en España.
Cinco ejemplos del impacto de las incubadoras tecnológicas en España
Durante el encuentro, cinco startups compartieron su experiencia dentro del ecosistema INCYDE, visibilizando cómo la red ha servido de plataforma para convertir ideas en proyectos viables en sectores clave.
- AGforest, alojada en la IAT Metaverso de Málaga, combina inteligencia artificial con datos satelitales para apoyar la regeneración urbana y la toma de decisiones climáticas. Según su CEO, Guillermo De Santiago, sin el acceso a tecnología avanzada y asesoría técnica de la incubadora, no podrían haber testeado su solución en entornos reales.
- Desde Murcia, la UCAM HiTech ha apoyado a más de 250 startups. Una de ellas, INTECC, ha desarrollado una aplicación para diagnosticar patologías musculoesqueléticas mediante algoritmos científicos. Su CEO, Julián Aguilera, destacó que el entorno le permitió adquirir competencias transversales clave para dar el salto del laboratorio al mercado.
- En Barcelona, la incubadora Logistics 4.0 ha impulsado 59 proyectos, como el de Grasshopper Air Mobility, dedicada a drones autónomos de carga pesada. Su cofundador, Jakob Saalfrank, explicó que los principales desafíos eran regulatorios, y que la incubadora facilitó el acceso a expertos, formación en inteligencia artificial y pruebas en entornos reales.
- La IAT Matriz, en Jaén, ha centrado su trabajo en la transición verde y la agroindustria. Allí opera CEX Eco Energy, una plataforma que optimiza el consumo energético en industrias mediante inteligencia artificial. Su fundador, Luis Fernández, destacó el acompañamiento técnico, los laboratorios especializados y la conexión con grandes empresas como factores clave para su consolidación.
- Por último, Córdoba Biotech, incubadora centrada en biotecnología, ha apoyado 16 empresas y a 86 emprendedores. Su proyecto más representativo, Cobiomic, trabaja en medicina de precisión e identificación de biomarcadores. Su director, Carlos Pérez, explicó que el paso del laboratorio al mercado fue posible gracias al acceso a financiación europea y al acompañamiento continuado.
Un modelo que combina ciencia, empresa y territorio
Con más de 25 años de trayectoria, la Fundación INCYDE sigue consolidándose como un agente estratégico en la transformación del tejido empresarial español. Su red de incubadoras representa una herramienta que conecta talento, ciencia, tecnología y empresa desde una perspectiva territorial.
Frente a las dificultades que afrontan muchas startups —falta de formación empresarial, escasez de recursos o acceso limitado a contactos clave—, esta red ofrece espacios y programas para que la innovación no se quede en la idea. Para Bonet, la clave está en el compromiso institucional: «Europa ha sabido reconocer este esfuerzo porque detrás hay estrategia, compromiso y visión».