En línea con el resto de países europeos, el crecimiento en Reino Unido se ralentizó en 2016, hasta cerrar en el 1,8%, cuatro décimas por debajo de la cifra de 2015 (2,2%), según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística (ONS). El cuatro trimestre reflejó un buen comportamiento de la economía británica en su conjunto, con un avance del PIB del 0,7% respecto a los anteriores (0,6%) y por encima de las expectativas. Los últimos tres meses registraron las tasas de crecimiento más altas del año debido en gran parte al impulso de las exportaciones y al gasto público, mientras que el consumo privado y la inversión fija manifestaron leves retrocesos.
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