RWE recortó su beneficio neto un 43,1% en el primer semestre del año, hasta los 775 millones de euros, según informó la energética alemana. La cifra se sitúa en línea con las previsiones de la compañía, que atribuye el descenso a condiciones de viento desfavorables en Europa.
En el mismo periodo de 2024, RWE obtuvo 1.362 millones de euros, lo que deja una caída interanual significativa. La facturación también bajó, con 10.058 millones de euros, un 10,29% menos.
El resultado bruto de explotación (EBITDA) alcanzó los 2.139 millones de euros, frente a los 2.899 millones del año anterior, lo que supone una caída del 26,2%.
Según la compañía, la baja producción de energía eólica terrestre y marina fue uno de los factores clave, junto con un negocio comercial débil y la normalización de márgenes en generación flexible.
En el segmento eólico offshore, el EBITDA descendió un 22,35%, hasta 643 millones de euros, mientras que el área onshore y solar mejoró un 13,7%, alcanzando los 830 millones.
Pese al retroceso en resultados, Markus Krebber, presidente del Consejo de Administración, valoró positivamente el semestre: «Hemos tenido un buen primer semestre de 2025. Hemos alcanzado la mitad de nuestro objetivo anual para el beneficio neto», aseguró.
RWE mantiene su previsión de beneficio neto entre 1.300 y 1.800 millones de euros para el conjunto del ejercicio.