A pesar de los tres rescates europeos y de las medidas de ajuste llevadas a cabo por el Gobierno griego, la economía no termina de despegar ni en un contexto de crecimiento generalizado. Esta semana se hicieron públicos tres datos macroeconómicos que muestran una fotografía del país heleno bastante alejada de la realidad que viven sus vecinos comunitarios. Primero se publicó el avance del PIB del último trimestre de 2016, el cual registró una caída del 1,2% respecto al periodo anterior. El descenso terminó con dos trimestres consecutivos de crecimiento (0,3% y 0,6%) y superó a la mala situación con la que Grecia empezó el año (-0,7%). Los motivos fueron la caída del gasto público (-2,1%) y el fuerte incremento de las importaciones (+4,5%). Por otro lado, el consumo privado creció levemente (+0,2%) junto con la inversión fija (+0,1%). En tasa interanual, la economía helena se contrajo un 1,1%, tras avanzar un 2% en el tercer trimestre. El paro estructural es otro de los grandes problemas que lastran al país mediterráneo. Grecia mantiene desde hace años las tasas de paro más altas de la UE, seguida por España, y a pesar de la recuperación no ha conseguido bajar del 20%. En el mes de diciembre, la tasa de desempleo se mantuvo en el 23,1%, encadenando ya su cuarto mes consecutivo en este nivel. La buena noticia es que el paro se está manteniendo a sis niveles más bajos desde marzo de 2012. La invariabilidad se debió a un leve descenso del número de desempleados (-0,2%), que contrasta con la caída de la ocupación (-0,3%). La tasa de paro en Grecia ha sido siempre tradicionalmente alta, con una media del 15,66% desde finales del siglo XX, con máximos como el de julio de 2013 (27,9%) y mínimos como el de mayo de 2008 (7,3%). Por el contrario, el último dato de inflación de enero reflejó una subida de los precios del 1,2%, la primera desde febrero de 2013. El IPC avanzó desde el 0% de diciembre hasta las tasas positivas, tras encadenar casi dos años y medio en negativo. La subida vino motivada por el incremento en el precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas (+1,1%), en el transporte (+4,6%), en la vivienda (+3,6%) y en el grupo bebidas alcohólicas y tabaco (+2,5%). La inflación helena no sólo rompió la barrera del 0% sino que además se acercó a la del resto de sus vecinos comunitarios (el último dato adelantado de febrero la situó en el 2%) y al objetivo fijado por el Banco Central Europeo (BCE).
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