Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, ha asegurado que el Laboratorio de Imanes de Alto Campo SMART-Lab, que cuenta con una financiación de 8,5 millones de euros, servirá para «ganar soberanía estratégica y tecnológica» y afrontar «los retos del nuevo escenario climático y geopolítico».
«Una instalación única y pionera en España y en el mundo», dijo Morant tras inaugurar en Madrid este laboratorio del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) donde se desarrollarán imanes de última generación, que serán una herramienta de vanguardia con aplicaciones en salud, energía e investigación básica.
La necesidad de desarrollar imanes de alto campo (alta complejidad mecánica y un perfil muy elevado) es una de las grandes prioridades de la Estrategia Europea de Física de Partículas.
El SMART-Lab, que nace para responder a estas necesidades, es una colaboración entre el Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales (CERN) y el Ministerio de Ciencia, con un presupuesto de 8,5 millones de euros, 6 de ellos aportados por el Ministerio a través del Ciemat y del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI).
El laboratorio se encargará de producir prototipos de imanes singulares para futuras infraestructuras científicas como, por ejemplo, el nuevo gran acelerador que construirá el CERN en los próximos años, el centro de investigación para el que el SMART-Lab tiene previsto fabricar 18 imanes.
Con ello, «nuestro país contribuirá a crear la próxima familia de colisionadores de Física de Partículas, un paso fundamental para diseñar y testar los nuevos materiales de instalaciones e instrumentos científicos punteros, que nos ayudarán a proteger el planeta y a mejorar la vida de la gente», ha subrayado la ministra.
Además, los imanes también se emplearán en las resonancias magnéticas «para hacer mejores diagnósticos médicos y menos invasivos», para contribuir a crear «la energía del futuro, la energía de fusión», y para lograr la levitación magnética y «hacer que los trenes alcancen los 500 km/h», entre otras aplicaciones, ha dicho la ministra.
Este laboratorio, ha añadido, «se traducirá en un futuro más verde, en más salud para las personas, en más capacidad industrial y proyección internacional para nuestras empresas; en más empleo de calidad para nuestros jóvenes y en una mayor soberanía estratégica y tecnológica para España».
«Cada día nuestro país está mejor preparado para liderar cambios científicos y tecnológicos que determinarán la forma de vivir en las próximas décadas», ha subrayado Morant.
El SMART-Lab, además, servirá para «traccionar a la industria y abrir nuevas oportunidades empresariales», porque esta instalación apoyará a las empresas españolas interesadas en el desarrollo de componentes magnéticos para que puedan disponer de la instrumentación necesaria para el prototipado de sus productos, ha destacado la ministra.
Imanes de última generación
Se estima que el mercado potencial de los imanes de última generación, solo en el ámbito de las grandes instalaciones científicas, será de unos 5.000 millones de euros en el periodo 2028-2045, según datos del Ministerio.
En el SMART-Lab se fabricarán imanes de hasta 2,5 metros de longitud y 10 toneladas de peso. Para ello, la instalación dispone de bobinadoras de diferentes configuraciones, hornos para formación de materiales superconductores y una gran variedad de equipos que permiten la fabricación de diferentes configuraciones de bobinas superconductoras y sus montajes.
En la actualidad, una quincena de personas entre ingenieros y técnicos trabajan en la fabricación de la pequeña serie de imanes correctores MCBXF para el proyecto HL-LHC del CERN, en el desarrollo de imanes de alto campo en configuración Common Coil para el proyecto del nuevo gran acelerador del CERN, así como en otros europeos como IFAST o HITRI+.