Sólo uno de cada diez hombres reduce su jornada para el cuidado del hogar

Según el Informe Sombra 2008-2013 sobre la aplicación en España de la Convención para la eliminación de toda forma de discriminación contra las mujeres (Cedaw) realizado por el INE, en comparación con el resto de países de la UE, en 2010, la feminización de los cuidados familiares en España fue superior a la media europea, ocupando la cuarta posición con mayor proporción de mujeres fuera del mercado laboral por cuidados familiares (tras Luxemburgo, Malta y Chipre).

Durante la crisis, los recortes en el empleo y en los servicios públicos relacionados con la atención y cuidado de niños y personas mayores ha tenido una influencia muy negativa para las mujeres españolas, quienes han visto incrementada su carga de trabajo en relación a la atención y cuidado de la familia, lo que hace pensar que los datos aportados por la ETT (Encuestas del Empleo del Tiempo), elaborado por el INE, hayan variado en los últimos cuatro años en el sentido de incrementarse los tiempos que las mujeres dedican a la atención de las responsabilidades familiares.

Uno de los objetivos fundamentales de las estrategias de promoción de la igualdad de género se refiere a la transformación de la división tradicional por sexo del trabajo.

Función laboral de la mujer en España

Así pues, en la mayoría de las sociedades se ha atribuido tradicionalmente la responsabilidad principal por el trabajo remunerado a los hombres, considerando el mismo como "trabajo productivo", mientras que a las mujeres se les ha asignado el trabajo en los hogares y la comunidad, trabajo no remunerado, considerado como "trabajo reproductivo".

En 2013, la tasa de empleo de las mujeres de entre 25 a 49 años sin hijos e hijas era del 66,9%, mientras que la de las mujeres con hijas e hijos se reducía al 59,5%. Sin embargo, para los hombres sin hijos e hijas menores de 12 años, comprendidos en ese mismo tramo de edad, la tasa de empleo era de un 74,4%, mientras que con hijas e hijos menores de 12 años esta tasa se incrementaba hasta un 78,9%, alcanzando el valor más alto en hombres con dos menores de 12 años a cargo (80,6%).  

Pese a que el trabajo no retribuido realizado por las mujeres ha permanecido invisible en términos de su contribución al desarrollo económico y social, su aportación ha sido crucial para el mismo.

Esta invisibilidad se ha traducido en una gran desventaja en relación con el acceso a recursos económicos y de protección social para las mujeres que son las que mayoritaria y fundamentalmente han asumido su realización, según un informe de la UGT acerca de la conciliación laboral. 

Propuestas de conciliación laboral

Por otro lado, la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (1995), adoptadas en la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, marcaron un punto de inflexión político en este sentido, y reafirmaron el compromiso de los Estados Miembros y las organizaciones de Naciones Unidas para el desarrollo de métodos adecuados para poder medir y valorar la aportación del trabajo no remunerado a la economía, reflejar con exactitud el valor del mismo en las cuentas satélites u otras cuentas oficiales incluidas en las cuentas nacionales centrales, hacer visible la distribución desigual del trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y hombres, examinar la relación entre el trabajo no remunerado y la vulnerabilidad de las mujeres a la pobreza, y tener en cuenta la especial importancia que tiene en el cálculo del valor del trabajo no remunerado el de atender a familiares a cargo.

Valorar el trabajo no remunerado de las mujeres contribuye a visualizar una de las manifestaciones de la desigualdad de género que éstas soportan, ya que son ellas las que mayoritariamente realizan esta importante aportación a la sociedad y a la economía, sin contrapartida a cambio, sin reconocimiento y en detrimento de su propia economía, bienestar y calidad de vida, y ayuda a detectar, cuantificar y valorar la desigualdad de género como primer paso para poder eliminarla.

Recursos

Es necesaria una mayor inversión en Educación Infantil, que sin duda crearía empleo, facilitaría la conciliación de la vida laboral, familiar y personal y mejoraría la corresponsabilidad, liberando a las mujeres que tradicionalmente se han venido ocupando de los menores.  

El trabajo no remunerado en su mayor parte lo constituye el cuidado y atención de niños, mayores y enfermos, y estas tareas las realizan de forma gratuita las mujeres, en su mayoría, ahorrando un importante coste al erario público.

Su invisibilidad y la falta de valoración de este trabajo quiebran el principio de igualdad reconocido por nuestra Constitución y los valores básicos sobre los que se asienta el sistema democrático.

La principal razón alegada por un mayor número de personas (tanto mujeres como hombres) para trabajar a tiempo parcial o no trabajar como consecuencia del cuidado de hijas e hijos propios o de la pareja (14 o menos años que viven en el hogar), es que los servicios de cuidado son muy caros. El 60,4% de los varones y el 59,4% de las mujeres alegan esta razón como principal motivo para trabajar a tiempo parcial o no trabajar.  

Previsiones

En el año 2050, según las previsiones demográficas, vivirán ocho millones y medio de mujeres, la misma cantidad que resulta de la suma de los hombres y mujeres que viven hoy en España, casi cinco millones de mujeres y tres millones y medio de hombres. La tasa de fecundidad no deja de descender y la esperanza de vida aumenta, pero también la necesidad de cuidados.  

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