La nave Starship de SpaceX, propiedad de Elon Musk, ha completado su décimo lanzamiento de prueba con un vuelo que siguieron más de dos millones de personas en internet.
El despegue se produjo desde Starbase, en el sur de Texas, tras dos aplazamientos por problemas técnicos y meteorológicos.
Después de una hora y seis minutos de misión, la nave amerizó sin incidencias en el océano Índico, logrando un objetivo clave para la compañía.
Reutilización como meta
El cohete, compuesto por el propulsor Super Heavy y la nave Starship, busca demostrar la reutilización de ambas partes como vía para abaratar los costes de futuras misiones espaciales. El plan de Musk es emplear esta tecnología en los próximos viajes a la Luna y Marte.
Las tres pruebas anteriores terminaron con la pérdida de la nave, por lo que SpaceX introdujo modificaciones estructurales, retirando varias losetas para ensayar los límites de resistencia durante la reentrada.
Watch Starship's tenth flight test → https://t.co/UIwbeGoo2B https://t.co/BFrpQPQFUw
— SpaceX (@SpaceX) August 26, 2025
Experimentos inéditos
La retransmisión en directo, realizada con cámaras a bordo y satélites de Starlink, mostró hitos como la separación del propulsor a los siete minutos de vuelo y su caída en el Golfo de México. Aunque no está confirmado si Super Heavy llegó intacto, la compañía celebró el avance.
Además, SpaceX probó con éxito dos hitos que habían fallado antes: el simulacro de despliegue de satélites desde un portón lateral y el reencendido de un motor durante el vuelo, un logro alcanzado previamente solo en una ocasión.
El éxito llega tras el fracaso del noveno vuelo en mayo, cuando una fuga de combustible comprometió la estabilidad de la nave y provocó su explosión. Con esta décima prueba, SpaceX da un paso decisivo para consolidar la fiabilidad de Starship en su camino hacia las misiones interplanetarias.